¿Ocio e indolencia?

Dos autores que viven en el principio y el final del siglo XIX Iramaín y Fazio expresan su preocupación por el “ocio” o la indolencia que tiene la población frente al trabajo y relacionan esto con la abundancia de recursos provenientes de la recolección, señalándonos indirectamente que el acceso a este tipo de recursos es amplia. (Palomeque, s, 1991:32)

Aquí hay un prejuicio persistente en los analistas de la época de que el indio y los campesinos son perezosos. A priori uno diría que son “gentes que ignoraban que hay que ganar el pan con el sudor de la frente” pero esto era demasiado se los puso a trabajar y ¡murieron!. Entonces es el que axioma que guían a la civilización occidental y que se enmarca como imperativo categórico: Hay que trabajar.

Desde esta perspectiva, diríamos eurocéntrica, es que los indios daban poco tiempo a lo que se llama trabajo, no obstante no morían de hambre. Las crónicas de la época nos hablan de la época, nos hablan de la abundancia y variedad de las fuentes alimenticias en la mesopotamia santiagueña (Palomeque: 1991:26). La economía de subsistencia no implica la búsqueda angustiante, de tiempo completo, del alimento. Es compatible con una limitación del tiempo para las actividades productivas. (Clastres Pierre: 1974:165).

Muchas comunidades prehispánicas a orillas del Rio Dulce y Salado, se basaba en la agricultura y secundariamente en la caza, pesca y recolección, habiendo una división sexual de las actividades.

Investigaciones de la década del 70 miden el tiempo de trabajo en las sociedades con economía de subsistencia, ya se trate de cazadores nómades del Kalahari o agricultores amerindios, las cifras revelan un tiempo inferior a 4 horas diarias de trabajo. Lizol, Y. dice que los indios Yanomani del Amazonas venezolano, su actividad apenas rebasan las 3 horas los cazadores nómades de la selva paraguaya, cazaban y recolectaban entre las 6 y 11 de la mañana. (Clastres, P 1974)

Fazio también nos informa que:

“… La algarroba… en los meses de diciembre y enero… los habitantes de los departamentos menos favorecidos, organizan expediciones al interior del monte…permanecen durante una larga temporada en aquellos parajes, ocupándose exclusivamente en recoger este producto que guardan más tarde en sus habitaciones y que llena, para ellos, muchas necesidades domesticas durante el invierno… La abundancia de este producto… disminuye de tal modo las necesidades de la gente campesina, que pocos años, se lamentaba la falta de estímulo para el trabajo, y los peones o jornaleros santiagueños adquirieron la fama de indolentes… recordaremos que los santiagueños propietarios de alguna tropilla de ganado vacuno, lanar y caballar, y después de haber hecho una abundante cosecha de algarroba, pueden exclamar… quien es más feliz que yo…? (Fazio, 1942: 106-7).

Concolocorvo, visita a uno de los grupos que se encuentran en los bosques y hace el siguiente relato:

“…Bebiendo sus alojas que hacen muchas veces dentro de los montes, a la sombra de los coposos árboles que producen la algarroba, allí tienen sus bacanales, dándose cuenta unos a otros, como a sus campestres cortejos, al son de la mal encordada y destemplada guitarrilla cantan… Dos mozas rollizas se estaban columpiando… otras, hasta completar como doce, se entretenían en exprimir la aloja y proveer los mates y rebanar sandias. Dos o tres hombres se aplicaron a calentar en las brasas unos trozos de carne entre fresca y seca… un viejo que parecía de 60 años y gozaba de vida 104… daba sus órdenes…” (Concolocorvo, 1942:171-2)

Las comunidades aborígenes no están sujetas a una existencia animal de sobrevivencia, pues en un tiempo corto obtiene resultados y algo más. Es cierto que estas comunidades tienen tiempo para acrecentar su producción de bienes materiales. Entonces la pregunta que hacemos es: ¿Por qué estas comunidades querían producir más si cuatro o seis horas bastan para asegurar las necesidades del grupo?

Admitamos la expresión de economía de subsistencia para calificar su organización económica, si por ello se entiende no una carencia o una incapacidad, sino un rechazo de un exceso inútil, la voluntad de acordar las actividades productivas con las satisfacción de las necesidades. También hay excedentes. Las plantas cultivadas y algo de ganadería rebasa lo que es necesario al grupo, el excedente es comercializado (analizaremos con posterioridad), es consumido con fines políticos y festivos en la vida del foráneo.

En un primer momento son comunidades del ocio, de la abundancia. Los hombres son dueño de su actividad, actúan solo para ellos mismos, mientras que la ley de intercambio de bienes mediatiza la relación directa del hombre con su producto. Para estas comunidades la actividad de producción esta medida por las necesidades energéticas. La producción se vuelca sobre la reconstitución de la energía gastada. Es la vida como naturaleza que determina el tiempo consagrada a reproducirla. Para que realizar un trabajo sin destino, si ese tiempo puede ser para el ocio, el juego, la guerra o la fiesta.

¿Cuándo comenzó a transformarse esa relación del aborigen con la actividad de producción? ¿En qué condiciones surge una meta diferente de la satisfacción de las necesidades energéticas?

Todo se altera si esa actividad es desviada, cuando en lugar de producir solo para sí, se produce para los demás sin intercambio ni reciprocidad. Es entonces cuando puede hablarse de trabajo, cuando esa actividad tiende a satisfacer a los demás, cuando esa regla se sustituye por el temor de la deuda. Allí encontramos las diferencias entre las comunidades de la selva y el bosque y aborigen del imperio Inca.

El primero produce para vivir, el segundo trabaja para los demás para los que no trabajan, los “señores” que le dicen: tienes que pagar la que nos debes, tu deuda de por vida. Cuando en lo económico se trabaja para los demás, para los que lo gozan, deja de ser de subsistencia y se transforma en sociedad dividida en señores y siervos, hay una división social, una nueva disposición vertical en la base y la cima, la gran ruptura política entre poseedores de la fuerza, guerrera o religiosa y los sometidos a esa fuerza. La relación política de poder precede y funda la relación económica de explotación.

Antes de ser economía la alineación es política, el poder esta antes que el trabajo, lo económico deriva de lo político, el estado determina las clases. Nos dice Palomeque Silvia (1992:16-17)

“Que la población que ocupaba estas tierras mantenía una forma de acceso combinado de los recursos efectuando tareas de recolección, ganadería, agrícolas y artesanales, aprovechando la diversidad de ofertas estacionales especiales a través de estrategias diversas basadas en la complementariedad. Su asentamiento al lado de los ríos le permite acceder a la planicie de inundación para cultivar al rio, los bañados y al bosque para efectuar la recolección de sus frutos, pescar o cazar a sus obras pastar su ganado, a más de trabajar en sus artesanías. Todo el sistema permite un acceso continuo a recursos para el consumo directo, donde cuando falta el producto agrícola se suple con la caza y la recolección o el consumo del ganado. Esto no es así en lo que hace al acceso al dinero o de objetos provenientes de las relaciones mercantiles.”

Esta cita, nos permite anteponer algunas ideas, que nos revela la naturaleza de las comunidades aborígenes. En un plano positivo es el dominio natural y social, como voluntad libre de no permitir que de su ser salga nada que pudiera alterarlo, disolverlo. En el plano de la vida económica se traduce todo esto en rechazo a un trabajo y una producción absorbente, en limitar las reservas a las necesidades, en la imposibilidad de la competencia. ¿Para que serviría ser rico entre los pobres? En otras palabras, en la prohibición de la desigualdad.

Muchas veces encontramos una reducción masiva en la historia de nuestra provincia, que nos ofrece dos tipos de sociedades, dos macro clases, que tienen algo en común: están las sociedades primitivas al este del salado y las sociedades con Estado, los influenciados con el incario y luego el español. Es la presencia o ausencia de la forma estatal, lo que da un lugar lógico a cada sociedad, traza la discontinuidad. La aparición del estado marca la división entre el salvaje, el bárbaro y los civilizados. Es un corte en nuestra historia.

Podemos coincidir que un acelerador decisivo, fue nuestra revolución neolítica, (domesticación de animales, agricultura el arte de tejido y la cerámica, sedentarización, etc.) a orillas del Rio Dulce y Salado. No hay duda de que la ruptura neolítica transformo las condiciones de los pueblos paleolíticos. ¿Pero esta fue suficiente para afectar el ser de las sociedades? ¿Hubo un funcionamiento diferente en lo pre neolítico en la Mesopotamia santiagueña?

El paso del nomadismo a la sedentarización seria consecuencia de la revolución neolítica, porque ha permitido la formación de ciudades. ¿Pero esto decide que toda comunidad sin el complejo tecno cultural, sin agricultura, está condenado al nomadismo. Esta tesis en Santiago del Estero es inexacta. Una economía de caza, pesca y recolección no exige una vida nómada. La ausencia de agricultura es compatible con la sedentarización. Muchas parcialidades aborígenes en el actual territorio santiagueños (y otros), no adquirieron la agricultura no fue por inferioridad cultural sino porque no tenían necesidad de ella.

En el siglo XVII y XVIII tras una revolución técnica (conquista de caballo y de armas de fuego) dejaron la agricultura por la caza y el de ganado, cuyo rendimiento se multiplicaba. Cuando fueron ecuestres, estas comunidades extendieron sus desplazamientos, pero lejos estaban del nomadismo en el que se encontraban otras bandas de cazadores-recolectores.

Introducción

¿Habrá en Santiago del Estero, hombres que resuman sus vidas las luchas esperanzas de todo un pueblo?, habrá muchos, más o menos conocidos, pero si estamos seguros que si habrá. ¿Quiénes serán los que dedicaran en sus largas vidas a combates por la democracia y en contra las diferentes fuerzas opresivas, la servidumbre, la desigualdad social, las dictaduras y a diferentes tiranejos?

Lo que aquí nos ocupa con nuestras miradas sobre Santiago del Estero, es un camino a la reflexión, al análisis histórico- geográfico, y desde las otras Ciencias Sociales sobre la realidad pasada y presente de una provincia y su pueblo, y porque no de los demás pueblo de América Latina.

Repasamos, coincidimos y teorizamos sobre la evolución histórica de un capitalismo “sui generis” en nuestra provincia, las configuraciones políticas de las oligarquías locales en el mantenimiento del status y el inmovilismo social, las formas productivas, las contradicciones de las clases y grupos sociales y demás. Es una colección de ensayos y estudios histórico- geográficos en el que tratamos de abarcar los fenómenos construidos en una época y en un espacio determinado, que colisionaran con visiones particularistas, localistas y reduccionistas. Tratamos entonces de observar estos fenómenos mas allá de los estrechos horizontes de lo provincial, llevándolas a escenarios continentales, regionales y mundiales, es decir siempre con referencia a otros mayores fenómenos que enmarcan y enmarcaron la acción colonialista, neocolonialista, la presencia del imperialismo o los flujos y reflujos del capitalismo internacional.

Es un ejercicio de constante hermenéutica ,surgido de la aprehensión cognoscitiva de la realidad y encaminados a orientar otras investigaciones, sin pretender acomodar la realidad a una teoría predeterminada, contradiciendo ciertos paradigmas y “paradogmas” que por mucho tiempo se impusieron en el análisis de las ciencias sociales en y desde nuestra provincia. Por ejemplo, tratamos de demostrar con nuestras investigaciones y conceptos, que en Santiago del Estero, no se desarrolla el feudalismo como califican algunos, o que el capitalismo en nuestro territorio era y es una planta exótica, por lo tanto impuesta desde afuera y que, por lo mismo nació raquítico y deformado. Tampoco, este capitalismo pleno, ni las clases propias del capitalismo clásico, por lo tanto no tuvimos una burguesía capaz de cumplir con las tareas históricas que son propias de tales grupos, como la creación y defensa de un mercado interno, la promoción de un desarrollo autónomo, fortaleciendo una identidad. Tuvimos una burguesía bárbara, larvaria y dependiente del capital extranjero y la carencia de una “clase dirigente” capaz de promover el interés provincial y la “clase dominante” empeñada en mantener el sistema de dominación y en promover los intereses del capitalismo extra regional.

Sin desarrollo del mercado interno y por ende de un modelo de capitalismo industrial, nuestras clases dominantes han encontrado su mejor y mayor mecanismo de acumulación de capital en el manejo del Estado. Por medios lícitos o ilícitos, simple y sutil. Y por lo tanto en el robo de fondos públicos, saqueos sistemáticos en democracias o en dictaduras, con tiranos democráticos o tiranos dictatoriales.

No nos fue mal por los calores, mosquitos, la inundación o las sequías, o trasladaron tal o cual institución (puede haber influido no lo negamos), en nuestra provincia sobraron los conceptos y las etiquetas, los corruptos, los sátrapas, y la incomprensión.

Por ultimo en esta selección que en algún momento tuvo pretensión de libros, quisimos conjugar la labor investigativa, una labor teórica en conjunción con la labor pedagógica, y dejarle al lector la colección de artículos, textos y ensayos, con el deseo de contribuir a una mayor comprensión de la historia, la geografía y la vida social de nuestra querida provincia. Además nos permitiremos reflexionar y opinar sobre la lacerante realidad de nuestra provincia y nuestro país, buscando claves de entendimientos. Es una ida y vuelta permanente, en el sentido de que en el futuro no se cometerán los mismo errores-horrores. Esperamos que sea de su utilidad.

por Hugo R. Manfredi.

¿Qué es Nuestras miradas sobre Santiago del Estero?

Inicia su andadura en Noviembre del 2014, es una publicación desde una visión crítica del presente.La decisión de encontrar una manera de expresar nuestras opiniones surgió por decisión de mi sobrina María Valentina, luego de comer un asado un domingo( dicen que las mejores inspiraciones se hacen con el estómago lleno, por eso los griegos vivían de simposio en simposio)y ante la escasa suerte al golpear puertas, pensé  y pensó que era hora de crearme un blog, que considero que este blog son preciosas tentativas para esbozar textos de clases, artículos de opinión, ensayos y trabajos de investigación. y que después me sirvan y les sirvan al público, a alumnos y a mis colegas docentes como materiales de consultas y  que después puedan ser enriquecidos y reelaborados.  Todos sus contenidos pueden ser consultados por Internet. Este espacio está coordinado por Hugo R. Manfredi y María Valentina Manfredi.

Queremos mirar a nuestro Santiago del Estero, a la realidad y en ella caben, como decíamos, artículos, ensayos, comentarios críticos sobre nuestra actualidad, sobre lo que nos pasa, nos pasó y por cualquier cosa que puede sucedernos en el futuro. Además queremos aportar e introducir temas desde nuevos marcos explicativos y teorías que puedan enriquecer el debate.

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