Clase: La economía política del imperio español en América en el siglo XVIII

En Píldoras Hispánicas.

¿Realmente hubo una centralización (fiscal) en América con los Borbones?

¿Era ineficaz la Corona a la hora de recaudar?

¿Cuán extractivo era el Imperio español en el s. XVIII?

¿Cuánto de la recaudación en América se transfería a España?

¿Presión fiscal per cápita de España y la América española en comparación con Gran Bretaña y Francia en el s. XVIII?

¿Estándar de vida (cesta básica de consumo) en España y la América española en el s.XVIII?

¿Cuánto gastaban Gran Bretaña, Francia, España y la América española en partidas militares, civiles, intereses de deuda, etc. en el s.XVIII?

¿Transferencias de América a España frente a las transferencias intra-americanas?

Aquí la interesante ponencia de la Dra. Regina Grafe (@EUI_EU), organizada por la @SocialesUNMSM, que pueden encontrar aquí: https://youtube.com/watch?v=aFEvHi.

Bonus Track

El cuento del oro americano: «España se llevó el oro de América». En tiempos del Imperio Español, del año 1492 al año 1820, se extrajeron en América cerca de 200.000 kilos de oro. Para que se hagan una idea, solamente en el año 2015 Perú extrajo 173.000 kilos. Hagan cuentas. Sólo en un país de América durante el año 2015 se extrajo una cantidad cercana a lo que se sacó en 328 años.

De esos 200.000 kilos solamente cerca del 20 por ciento fue llevado a la Península Ibérica.

Con el oro que se quedó en América se levantaron más de 1.000 instituciones asistenciales (hospitales, enfermerías, casas de socorro, lazaretos,…) miles de kilómetros de carreteras, universidades, ayuntamientos, acueductos, catedrales, iglesias, puertos, imprentas, …

Fuente:

Cine para el domingo

El marxismo en su máxima expresión.

La escena del espejo del genio de SOPA DE PATO (1933).

El Gran Dictador de Chaplin.

Nos vamos.

“Una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto» (Encíclica Veritatis Splendor nº 101).

Decía Milán Kundera que el totalitarismo es un infierno para muchos pero también es un paraíso para otros muchos, es algo circular. El discurso fascista o stalinista funciona como un gigantesco imán para gentes ignorantes y miedosas que no tienen una conciencia libre.

Por Hugo R. Manfredi

Clase: Mapas y resultados electorales

Textos complementarios a los artículos: «Una aproximación al estudio de las geografías electoral», del 4, 7 y 10 de febrero de 2020, en este blog.

Sobre el debate de si los mapas en los que solo se muestra el partido ganador engañan, algunos apuntes desde mi experiencia.

1) En general, no estoy de acuerdo en que engañen. Cuentan una historia: cuál es el partido más votado. Y cumplen esa función.

2) ¿Qué es lo que pasa? Que, especialmente en sistemas multipartidistas, te dejas una parte del voto sin mostrar.

En @elDiarioes planteamos varios matices y alternativas. Primero, una escala de opacidad según el % de voto. Ayuda a relativizar la victoria del ganador.

3) Un cartograma de escaños. Ventajas: funciona muy bien para ver la diversidad de partidos. Desventajas: es menos claro para saber quién gana y dónde o para saber donde un partido tiene más fuerza.

Mostrar los datos por bloques de izquierda y derecha. Ventaja: agrupas casi todos los partidos en dos bloques y muestras dónde gana cada uno. Desventajas: destacas igual un municipio 100 habitantes que uno de 3.000.000 y pierdes la diversidad parlamentaria.

5) Matizar también por densidad de población, destacando los municipios donde vive más gente. Ventajas: enseñas bien donde gana cada bloque destacando zonas más pobladas. Desventajas: pierdes el matiz de por cuánto gana.

6) O contarlo con burbujas a partir de la diferencia en votos en izquierda y derecha. Ventajas: vez claramente en qué zonas se ha dectantado la victoria de un bloque u otro. Desventajas: desparecen las zonas pobladas con bloques ajustados y pierdes el matiz de partidos.

7) Lo que quiero decir: cada mapa pone el foco en una idea que se quiere mostrar. No veo mejores y peores. Simplemente cuentan historias distintas.

Por Raúl Sánchez.

Cuestiones:

Respuesta:

Lo hicimos en 2019, pero por la cantidad de municipios el procesamiento en página es muy pesado (imagen 1). Optamos por una versión de burbujas más sencilla en estas elecciones (imagen 2).

Pero lo usamos habitualmente en otros contextos. Aquí, el mapa de pactos de alcaldía con las ciudades de más de 40.000 habitantes, por ejemplo.

Por Raúl Sánchez. Periodista canario en Madrid. Coordino el equipo de Datos en @elDiarioes.

Para más info, Joe Davies @joewdavies Maps, Data Visualization, GIS, at @EU_Eurostat.

En eurostat se utiliza d3-force para que no haya overlapping, pero como dices puede ser pesado calcular al vuelo.

Sostienen que es mejor tener los datos client-side para consultarlos (con tooltip) o cambiar la representación cartográfica al vuelo. Los dispositivos son cada vez mas potentes entonces los GIS web están cada vez más enfocados al render local. Por ejemplo:

Fin.

Bonus Track.

1/ De nuevo el PP ha ganado en Madrid y en la mayoría de sus distritos. PERO no se puede obviar que el voto de clase sigue existiendo en la ciudad. El bloque de izquierdas ha ganado en 8 de los 9 distritos con menor renta.

Bonus Track II.

Un poco de historia.

¿Cuál fue el partido más votado en cada localidad del país en las elecciones generales de 1946?

Rojo= Unión Democrática.

Azul= Peronismo.

Verde= UCR Bloquista.

Previo a las elecciones del 46 Perón pactó con Federico Cantoni ( líder del Bloquismo sanjuanino). Cantoni disolvió el partido, le dio la estructura y el caudal electoral provincial, a cambio de eso Perón lo envío de embajador a Moscú.

Clase: Tehuelches, el pueblo originario de la Patagonia y la invasión mapuche

Tehuelches, el pueblo originario de la Patagonia y la invasión mapuche

Desde hace algunos años vemos como en la Patagonia argentina, ciertos grupos mapuche que se autodenominan «originarios» toman tierras y ejercen actos de violencia, invocando supuestos derechos ancestrales sobre esos territorios.

Si hay un pueblo que puede ser considerado originario de la Patagonia es el tehuelche, que la habitó desde hace unos diez mil años. Magallanes los llamó «patagones» cuando desembarcó en la región que luego en su honor se denominó Patagonia. Ellos se llamaban a sí mismos «aóniken», la denominación «tehuelche» se la dieron los mapuche mucho tiempo después. Quienes visitaron la región en el siglo XVII como el jesuita Mascardi o el marino Villarino documentaron que en las márgenes del Nahuel Huapi o al pie del volcán Lanín vivían tribus tehuelches. Nombres como Esquel, Gaiman, y Chaltén provienen de su lengua. La Cueva de las Manos en Santa Cruz, presenta restos arqueológicos tehuelches de miles de años de antigüedad.

Los mapuches son originarios de la Araucanía chilena. Algunos grupos comenzaron a cruzar la cordillera e instalarse en el actual territorio argentino a partir del siglo XVI, luego de la llegada de los españoles, en un proceso denominado «araucanización de la Patagonia».

Antropólogos e historiadores de Chile y Argentina coinciden en el origen chileno de este pueblo y su relativamente reciente llegada al este de la cordillera de los Andes. El reconocido antropólogo chileno José Bengoa, autor de Historia del pueblo Mapuche expresa «antes de la llegada de los españoles a Chile, las pampas argentinas estaban habitadas por pequeños grupos indígenas no mapuches. Los mapuches no tenían relaciones con la pampa y se circunscribían a su territorio en el lado chileno». El argentino Antonio Serrano coincide: «Los araucanos no son oriundos del territorio argentino. Su establecimiento en él y la araucanización de los núcleos autóctonos es relativamente reciente. Los araucanos propiamente dichos ocupaban en el momento de la conquista el territorio chileno y ellos se nombraban mapuches».Milcíades Vignati de la Academia Nacional de Historia escribió: «los indígenas de procedencia chilena que invadieron el territorio en la segunda mitad del siglo XVIII, hasta lograr la hegemonía sobre las otras tribus…Estos elementos invasores eran chilenos de raza araucana». Por su parteel historiador anarquistaAlvaro Yunque en Calfucurá, la conquista de las pampas relata: «antes de la raza venida de Chile…las pampas habían sido habitadas por indios aborígenes de ellas, pampeanos auténticos. Lentamente fueron substituidos, por eliminación o absorción, por las razas más agresivas e inquietas de Arauco».

Fue un choque de culturas. Los tehuelches eran amigables y creían en la pacífica convivencia con los blancos. Diversos testimonios dan cuenta de ello: Musters, un viajero inglés que convivió con ellos más de un año desde 1870, dice en su libro Vida entre los Patagones«los tehuelches son bondadosos, de buen carácter. En mis relaciones con ellos, me trataron siempre con lealtad y consideración, y dispensaban el mayor cuidado a mis pocas pertenencias». Ramón Lista escribió en Los Tehuelches, una raza que desaparece: «el tehuelche es hospitalario, en su hogar hasta el enemigo es inviolable». Los araucanos por el contrario, traían una mentalidad guerrera, agresiva y eran muy superiores en número. Las consecuencias fueron trágicas para los tehuelches.

Los tehuelches llamaban chenna (guerreros) a los araucanos. Musters cuenta que «los mapuches, tenían esclavos tehuelches», capturados en las batallas de Barrancas Blancas sobre el río Sengel y Geylum cerca del Nahuel HuapiEn relación a estas luchas Ramón Lista nos dice: «comienzan las incursiones vandálicas de los araucanos. Las tolderías tehuelches son sorprendidas y asaltadas al amanecer, se combate cuerpo a cuerpo, a lanza, a flecha, a bola: los ancianos inermes son estrangulados; las mujeres y los niños huyen despavoridos; al alarido de unos les responde el grito de venganza de los otros; todo es confusión, y la sangre humedece la tierra. Los tehuelches casi deshechos se reorganizan, estrechan sus filas, y después de algunos momentos rechazan a la horda araucana que huye llevándose no pocas mujeres y niños cautivos. Estas razzias se repiten de tiempo en tiempo». Entre las más cruentas batallas está la de Languiñeo, («lugar de los muertos»), cerca de la actual ciudad de Tecka. En ella, a principios del siglo XIX los araucanos atacaron a los tehuelches en un combate que duró tres días. El saldo fue de cientos de muertos aóniken. Entre los sobrevivientes, las mujeres fueron tomadas por aracuanos y sometidas a su arbitrio. Los niños, asimilados. Se han hallado en el lugar numerosas sepulturas, armas y huesos de los vencidos. El cacique mapuche Chocory, quien comandaba a los atacantes, tomó como una de sus esposas a una tehuelche, que a la postre sería la madre de Sayhueque, rey del «país de las manzanas».

El chileno Guillermo Cox que cruzó en misión exploratoria a territorio argentino en 1863, nos cuenta en su libro Viaje a las regiones septentrionales de la Patagonia sobre la matanza de Piedra Shotel, de 1820, donde el cacique araucano Paillacán atacó a los tehuelches con armas de fuego. El asalto se realizó por sorpresa al amanecer y duró varias horas. La derrota tehuelche fue cruenta. Federico Escalada en El Complejo Tehuelche entrevista a doña Agustina Quilchaman de Manquel, cuyo bisabuelo fue tomado cautivo, junto a su madre y cuatro hermanas luego de esa sangrienta batalla en la que entre tantos mataron a su padre. Dos de las hermanas fueron tomadas por esposas por el vencedor Paillacán. También la madre de su bisabuelo fue llevada por esposa de un araucano, por derecho de conquista. «Las madres tehuelches jamás olvidarían la afrenta sanguinaria infligida a su estirpe derrotada…ni el recuerdo de los seres queridos masacrados en aquella durante las insomnes veladas del cautiverio». Todas estas batallas de exterminio sobre los tehuelches hacen pensar en un verdadero genocidio.

Tehuelche.

La actitud hacia los cristianos también fue diametralmente opuesta. Los tehuelches tenían una excelente relación comercial con los españoles/argentinos de Carmen de Patagones y los galeses de Chubut. Intercambiaban plumas de avestruz y pieles por pan, tabaco, azúcar y aguardiente. En Chubut desde 1865 hasta la actualidad se conmemora el encuentro entre galeses y tehuelches. En 1965, para el centenario de ese evento, en Puerto Madryn se inauguraron dos monumentos, uno a la Mujer Galesa y otro al Indio Tehuelche.

Dionisio Schoo Lastra en El Indio del Desierto relata: «Casimiro (cacique tehuelche) llevaba siempre una bandera azul y blanca, que hacía flamear en reuniones, fiestas y consejos, con el deliberado propósito de significar que ellos eran indios argentinos».

Este cacique, en la última etapa de la Campaña del Desierto y al tener conocimiento en 1881 de la llegada victoriosa de la expedición del general Villegas al lago Nahuel Huapi «se presentó con su indiada al campamento argentino con la bandera nacional al frente, y fue recibido con honores de un soldado». Musters fue testigo de un parlamento por el cual los tehuelches «convinieron en ponerse a las órdenes de Casimiro con el consejo de defender Patagones en caso posible de una invasión de los indios de Calfucurá…Porque si esa población llegaba a ser destruida, no habría mercado para sus pieles».

Los mapuches por el contrario, traían una cultura de lucha y odio contra el «huinca». El fin de la Guerra de Independencia en Chile con la batalla de Maipú en 1818, determinó que tribus mapuches enteras, que en su mayoría habían apoyado a los realistas, cruzaran la cordillera para instalarse definitivamente en suelo argentino. Entre ellas, los voroganos y los ranqueles, que inauguraron una época de desolación sobre las tribus tehuelches de la pampa atacándolas sistemáticamente. Bajo el liderzgo de los caciques chilenos Calfucurá y Yanketruz, los sangrientos malones marcaron toda época. Los campos y poblados de San Luis, Mendoza, Córdoba y Buenos Aires, eran arrasados, con un saldo de miles de muertos y cautivas, el robo de millares de cabezas de ganado y la pretensión de negociar de potencia a potencia con Argentina, desconociendo la soberanía nacional en toda la pampa y la Patagonia.

Los Pampas, que eran los tehuelches de la región pampeana se pusieron del lado de las autoridades argentinas. Juan Catriel combatió junto a Rosas a los araucanos y fue un inclaudicable amigo de los cristianos. Su hijo Catriel el joven, fue nombrado coronel del ejército argentino y murió peleando contra quienes denominaba «indios chilenos invasores». Su nieto Cipriano Catriel y sus lanzas fueron fundamentales para derrotar a Calfucurá en la batalla de San Carlos en 1872.

Las campañas del desierto de Rosas de 1833 y de Roca de 1879, que rescataron miles de cautivas, fueron contra estas tribus invasoras, nunca contra los tehuelches. La diferenciación era muy clara. Estanislao Zeballos escribió en 1878: «Habitan la Patagonia los indios de otra nación accesible a la civilización por su índole pacífica y sus instintos humanitarios, los Tehuelches…no son invasores, porque su índole y sus costumbres difieren radicalmente de los caracteres morales y elementos materiales de los araucanos. Los tehuelches son indios naturalmente preparados para la civilización»

Federico Escalada nos entrega una semblanza -ya en el siglo XX- de dos de los últimos caciques tehuelches: «Keltchamn…es el último gran jefe tehuelche con mando efectivo de la de la Patagonia. El recuerdo de este noble jefe ha quedado como inconmovible ejemplo de la hidalguía, pureza y desinterés de que fuera capaz esta raza. El consenso de los antiguos pobladores que le conocieron es unánime. Recto, veraz y de magnanimidad superior. Las autoridades constituidas lo consideraban como policía y juez de las comarcas que dominaba. Los pobladores blancos encontraron en él un buen amigo. Su segundo, Venancio, siguió con su legado y supo desfilar con su tribu con bandera y lanza, junto a los escolares, y a las fuerzas de Gendarmería Nacional. Actuaba en esas circunstancias con la dignidad correspondiente a su rango y participaba de los actos patrios. A los sesenta y tantos años murió de un síncope. Tuvimos la dolorosa sensación de asistir al último acto de la trágica epopeya tehuelche».

Para concluir, diremos que Argentina siempre fue un pueblo abierto a todos los que quisieran habitarla en paz y con fines fecundos. Ha sido además, un ejemplo mundial de integración social, sin problemas raciales ni religiosos. Es inadmisible que un grupo de impostores pretendan invocar ilegítimos «derechos ancentrales», para usurpar violentamente propiedades y atacar personas. Algún trasnochado quizás pretenda reeditar los delirios del aventurero francés Antoine de Tounens que en 1860 se autoproclamó «rey de la Araucanía y la Patagonia», considerando a esas regiones exentas de la soberanía de ningún país. Mucho menos tolerable es que el actual gobierno argentino por acción u omisión, los ampare y aliente a intensificar sus actos de terrorismo.

Por Gustavo Cairo, entusiasta de la historia y diputado provincial por el PRO en Mendoza, deja aquí su testimonio al respecto. En https://www.memo.com.ar/, 10 de octubre de 2021.

Además. A pedido de un colega.

AH PERO ROCA (para algunos).

«La fijación de algunos sectores con la figura de Roca parece reflejar la idea de que el subdesarrollo y el retraso son más deseables que el orden y la institucionalidad. Es el gusto por el fracaso». Paulo Botta.

Veamos.

Julio Argentino Roca Nació el 17 de julio de 1843 y la ausencia de conmemoraciones a su nacimiento habla, sobradamente del desprecio que, como sociedad, tenemos por el hombre que consolidó la Argentina luego del período de enfrentamientos que parió nuestra vida independiente.

Condujo al país a un crecimiento y desarrollo tan enorme que nos lleva a pensar si no son estas, precisamente, las razones de ese desprecio. Julio Argentino Roca es el prócer más denostado de Argentina. Cierto es que hay controversias con otros personajes de nuestra historia, pero estos tienen nutridas hinchadas para defenderlos. En cambio Roca se desliza, mayoritariamente, entre el repudio y el ninguneo. No hay actos escolares que lo recuerden, ni feriados, casi no transita los manuales ni de primaria ni de secundaria. Roca transformó un desierto en la Nación más civilizada de América, sí, la nuestra. Entonces: ¿por qué no homenajeamos a Roca? La marea iconoclasta que se propuso reinventar nuestra historia es una expresión del poder. Se logra mediante la destrucción de los personajes y símbolos de nuestra cultura, demostrando su impotencia para enaltecer sus propios valores. El proceso no necesita involucrar únicamente íconos como estatuas: simplemente pervirtiendo la enseñanza de la historia y reemplazándola con sentencias y calificaciones falsas, se puede crear una «leyenda negra» que es el objetivo esencial. La persistente emersión de una leyenda negra es un acto que tiene por objeto atacar las bases cívicas para deslegitimarlas. ¿Por qué sirve hacer de Roca una leyenda negra? Porque Roca representa la comprobación tangible de un ideario político que nos llevó al éxito. Porque Roca es la contracara de la decadencia que surgió cuando sus ideas se dejaron de lado. Distan estas líneas de ser un manual de historia, pero un pálido resúmen puede dar cuenta de su obra: Roca firmó los tratados con Chile que aseguraron la Patagonia y Tierra del Fuego, logró que se reconociera a la Cordillera de los Andes como límite y la solución pacífica del conflicto por los estrechos. Con la ley de Territorios Nacionales, creó las jurisdicciones de: La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Chaco, Formosa y Misiones. Ratificó la presencia en la Antártida, promovió la extensión de los ferrocarriles, entre ellos el que llegó a Mendoza. Con la ley 1133 creó de la moneda nacional. Fundó la ciudad de La Plata, para darle una capital a la provincia de Buenos Aires, luego de que la Capital Federal pasase un municipio independiente por la Ley de Federalización. Con un conjunto de leyes laicas puso bajo jurisdicción del Estado nacional el control de la población civil y la instrucción ciudadana. Por ejemplo, con la Ley 1420 de Educación común, obligatoria, pública, gratuita y laica. Garantizó, al mismo tiempo, la libertad de enseñanza en escuelas privadas. Para esa época sólo un tercio de los niños en edad escolar asistían a escuelas, logró que la Argentina llegara a ser la nación más alfabetizada de América.

La Ley 4349 que creó la Caja de Jubilaciones y Pensiones fue la primera ley de previsión social. Fue el que dotó al país de la primera flota de mar y modernizó el ejército con la escuela superior de guerra y el servicio militar. Encargó a Juan Bialet Massé un informe sobre la situación de la clase obrera argentina, las comunidades indígenas y los sectores marginales y este trabajo fue la base de una ley de trabajo que contemplaba la jornada laboral de ocho horas, la supresión del trabajo nocturno, el sábado inglés, la prohibición del trabajo de menores de catorce años, un salario mínimo para trabajadores del Estado, preaviso, licencia con goce de sueldos, reconocimiento de las organizaciones obreras y tribunales de trabajo. El proyecto fue muy adelantado para su época y sólo avanzó en partes, pero sus propuestas fueron las bases sobre las que se crearon los sucesivos derechos laborales de cuya autoría el peronismo se apropió. Fue el artífice de la explotación de regiones desiertas de los territorios nacionales, los estudios de tierras y aguas para explotarlas, la investigación de cultivos adaptables a cada zona, el examen zootécnico de los ganados, la realización de perforaciones en Comodoro Rivadavia, que dieron por resultado el descubrimiento de petróleo; el desarrollo de la industria pesquera mediante la importación de especies de Estados Unidos; la instalación de observatorios meteorológicos, entre ellos el más austral del mundo en las Orcadas del Sur, con lo que se tomó posesión de la Antártida Argentina. Durante su gobierno el país modernizó la ganadería, desarrolló la industria frigorífica, la vitivinicultura y la azucarera, los primeros talleres metalúrgicos y se expandió la agricultura. Promovió la inmigración otorgando a las personas que ingresaran al país concesiones para traer del extranjero elementos de trabajo, sin pagar impuestos, residencia sin costo en el hotel de inmigrantes y traslado gratuito hasta el sitio que eligieran para residir. Promulgó la ley de elección por circunscripción uninominal, que permitió la entrada al Congreso a Alfredo Palacios, el primer diputado socialista de América. Esto es sólo parte de la obra de quien hoy es calificado como “genocida”. ¿Con qué talante permitimos esta destrucción? Decía Roger Scruton: “Las cosas buenas son fáciles de destruir pero no son fáciles de crear. Esto es especialmente cierto de las cosas buenas que nos llegan como patrimonio común: paz, libertad, derecho, civismo, espíritu público, la seguridad de la propiedad y la vida familiar. En relación a tales cosas, la obra de destrucción es rápida, fácil y euforizante; la obra de creación, lenta, laboriosa y aburrida.” La destrucción de la figura de Roca ha sido así: rápida, fácil y euforizante.

Fue producto del mandato de satanizar los cimientos de lo que fue un país próspero. Las dagas provinieron de los espacios culturales y políticos cuyos idearios buscaban en los colectivismos identitarios un relato de país pobrista y dependiente. Se ajustaron a una agenda totalitaria que jamás sintió orgullo y que se alimentó del resentimiento. En 1996 el historiador Osvaldo Bayer planteó “desmonumentar” la estatua de Roca en Diagonal Sur. En Río Gallegos la Avenida Presidente Julio A. Roca se cambió por Néstor Kirchner; en Tierra del Fuego el Lago Roca por “Acigami” que en lengua yámana significa “canasto alargado”. En la Base Esperanza en la Antártida, la Escuela Antártica Nº38 Julio Argentino Roca por “Presidente Raúl Alfonsín”. La municipalidad de Neuquén dispuso que sea retirado el busto del general Julio Argentino Roca y un cuadro de la Conquista del Desierto. Los ejemplos son cientos. Conforme crecían en el mundo las instituciones y subsidios para sostener el reclamo indigenista, más se pisoteaba la figura de Roca. Los falaces y anacrónicos ataques de Bayer se continuaron (…)

(…) Roca puso fin a la tragedia violenta más grave de la época: el malón. El azote sobre propiedades rurales y ciudades más el robo de mujeres y ganado eran un drama social. La Campaña de Desierto fue la manifestación más eficiente del rol del Estado moderno, velando por la seguridad de su población. La magnitud de la amenaza y el terror en el cual vivían las poblaciones era brutal. Para muestra basta un botón: en plena época de conflictos limítrofes un ejército indígena/chileno de 6.000 combatientes inicia, bajo el mando del cacique Calfucurá, la llamada invasión grande a la provincia de Buenos Aires. Atacaron los pueblos de General Alvear, Veinticinco de Mayo y Nueve de Julio, resultando muertos alrededor de 300 criollos, secuestraron aproximadamente 500 cautivas jóvenes y robaron 300.000 cabezas de ganado.

Los malones a veces eran chicos y realizaban ataques aislados y a veces grandes, para ataques planeados y dirigidos a asesinar y robar pueblos y ciudades. Por ejemplo, en el malón de 1875 a Azul y Tandil, participaron entre 3500 a 5000 indios. Para que entendamos la magnitud del malón: el Ejército de los Andes contaba con 3778 soldados. La misma cantidad de soldados que cruzaron la cordillera para liberar a Chile son los que se organizaban para asesinar y robar poblaciones. Los animales eran vendidos en Chile, junto con las esclavas. La Segunda Campaña al Desierto Siendo Roca Ministro de Guerra, el Congreso Nacional en 1878 le ordena la 2da Campaña del desierto. En ella se tomaron prisioneros 5 caciques y 1.313 indios de lanza resultaron muertos. Roca llevó en la expedición a un nutrido grupo de periodistas, médicos y científicos que fueron aval de estos datos. Los 1313 muertos de la Campaña de Roca significan el 2,6% de los muertos en conflictos indígenas desde los inicios en 1828. Debido a los malones, en ese período murieron 35.000 criollos sin sumar las jóvenes y niñas tomadas cautivas y esclavizadas. La historia argentina está llena ataques de malones en los siglos XVIII y XIX, hasta la exitosa campaña de Roca. En la Campaña del Desierto de Rosas murieron más del doble de indios que en la de Roca y la relación de muertos vs. prisioneros es 24 veces más alta, sin embargo no era el nombre de Rosas el que Osvaldo Bayer calificaba como genocida, porque Rosas no representa un ideario que al progresismo revisionista le interese atacar. Roca concluyó con el asedio de los malones, llevando paz y seguridad a la tierra poblada por expediciones del siglo XVI y a la que los indios empezaron a asolar casi dos siglos después. Sostener las demandas de «pueblo originario» es falaz, pero muy redituable a la luz de los reclamos indigenistas apoyados demagógica mente desde la política y cultura progre.

La Campaña al Desierto fue el mayor acto de soberanía nacional después de las Guerras de la Independencia. Incorporó al territorio nacional el dominio de casi el 60% del mismo bajo el lema «Paz y administración», slogan político de Roca, expresado en su primer discurso ante el Congreso.

Detrás de la leyenda negra de Roca está la demonización de una Argentina liberal, moderna y próspera. A pesar de los datos que demuestran el éxito del país producto de esa visión, hay una legión de educadores que afirma que todo lo construido está mal, destrozando a un presidente que fue el creador de la Argentina moderna, representante de la generación que nos hizo un país rico. Han logrado que la historia sea contada de nuevo, por ellos. El adoctrinamiento ideológico y los pingües negocios de quienes hacen de la historia una empresa de demoliciones han ensuciado e invisibilizado al prócer que fue Roca. Está en nosotros el combate contra esta impiedad. Vuelven a ser impactantes las palabras de Scruton rechazando las ideologías que pretenden rehacer la memoria desde el anacronismo para hacer del victimismo su bandera y su negocio. ¿Con qué pretendéis reemplazar a esa burguesía que despreciáis y a quién debéis la libertad y prosperidad que os permite jugar con vuestras barricadas de juguete? ¿Estáis preparados para morir por vuestras convicciones o simplemente a poner en riesgo a los demás para exhibiros? (…). Compilación.

Bonus Track.

El propio Charles Darwin relató lo que vio durante la campaña a “los Desiertos del Sud” de Rosas de 1833/1834.

Bonus Track II.

Antes de Roca.

Después de Roca.

Bonus Track III.

No puedes reclamar soberanía sobre Malvinas si no tienes la Patagonia, y la Patagonia la tienes gracias a Julio ARGENTINO Roca.

Bonus Track IV.

Si no tienes que presentar pasaporte para ir a la Patagonia es gracias a JULIO ARGENTINO ROCA.

Fin.

¿Le parece colega que ya tiene un buen material para trabajar en las aulas? Saludos.

Un poco de Marc Augé

Sobre el concepto de «no lugar» desarrollado por el antropólogo Marc Augé y su pertinencia en el campo de la Geografía Urbana:

Marc Augé y su obra: este destacado antropólogo francés que acuñó el término «no lugar» en su libro «Los ‘no lugares’: Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad» (1992).

¿Qué son los «no lugares»? Los «no lugares» son espacios que carecen de significado, identidad y vínculos sociales. Son espacios de tránsito y consumo, donde las personas son anónimas y experimentan una sensación de alienación.

Ejemplos de «no lugares»: Algunos ejemplos de «no lugares» incluyen aeropuertos, centros comerciales, estaciones de tren, gasolineras y autopistas. Son lugares de paso, donde las relaciones personales son escasas.

«No lugares» en la ciudad: En la Geografía Urbana, los «no lugares» se hacen cada vez más presentes en nuestras ciudades modernas. Grandes cadenas comerciales y centros financieros son ejemplos claros de cómo el anonimato y la uniformidad se apoderan del espacio urbano.

Impacto en la vida urbana: Los «no lugares» influyen en la dinámica de la ciudad al afectar la forma en que nos relacionamos con ella. Pueden generar sentimientos de desapego y desorientación, alterando nuestra percepción del espacio público.

Por Grupo de Geografía Urbana (AGE).

Además.

Muere Marc Augé, el antropólogo que introdujo la idea del «no lugar».

El sociólogo tenía 87 años y una amplia obra a sus espaldas que había llegado al gran público gracias a títulos como ‘Las pequeñas alegrías’ o ‘Tiempo sin edad. La vejez no existe’.

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Marc Augé en una imagen tomada en 2019 Propia.

El antropólogo francés Marc Augé ha fallecido hoy a los 87 años, según informó el diario italiano La Repubblica. Augé fue muy conocido por sus estudios de etnografía, etnología y sociología.  Además, introdujo el concepto de «no lugar» para referirse a esos sitios de tránsito que no dejan huella en las personas como un aeropuerto, una habitación de motel o un supermercado.

Augé murió en Poitiers, su ciudad de nacimiento, aunque vivió en París. Doctor en Letras y Ciencias Humanas, contribuyó al desarrollo de las disciplinas africanistas y elaboró una antropología de los mundos contemporáneos centrando su mirada en la dimensión de la vida cotidiana y la modernidad.

El antropólogo en una imagen de 2004
El antropólogo en una imagen de 2004

Especializado en etnología, deja una amplia obra a sus espaldas que ha llegado al gran público gracias a títulos como Las pequeñas alegrías o Tiempo sin edad. La vejez no existe. Pese a haber estudiado en profundidad al ser humano, Augé no logró encontrar el secreto de la felicidad, aunque se acercó bastante y consideraba que ser feliz radica «en esas pequeñas alegrías que nos hacen sentir que existimos como persona». 

«La alegría siempre es algo personal y en mis trabajos en África me di cuenta de que tiene que ver con el placer del reencuentro. Regresé a Togo y mis conocidos vinieron a recibirme tocando los tambores. Yo me puse a bailar. Un instante imborrable», explicaba en una entrevista concedida a La Vanguardia en 2019.

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Su conocimiento del ser humano permitió también a Augé reflexionar sobre la sociedad moderna, el consumo o el individualismo: «Estamos en una sociedad de consumo, que define nuevos modos de individualidad. Se asocia menos a la idea del capitalismo la del individuo emprendedor, a pesar de que esta imagen existe aún. En el nivel de las grandes masas, portarse bien es consumir mucho. El índice de consumo es el índice de salud de un país. El consumo se dirige a individuos tipo, que son la imagen de los consumidores. Tenemos interlocutores ficticios en la televisión, pero que cumplen un papel importante para el consumidor. Hay gente que no soportaría vivir sin tener su cita diaria con el noticiero o con el reportaje del sábado. Esta relación estructura el tiempo», apuntaba en una entrevista concedida a La Nación.

Augé era también autor de Confiar en uno mismo, confiar en el otro, confiar en el futuro, El poder de las imágenes,  Otro mundo es posible, Entonces, ¿quién es el otro?  o Compartiendo la condición humana. Un manual para nuestro presente. El intelectual francés estaba separado, era padre de dos hijas y tenía tres nietos. Se confesaba ateo y era un gran defensor de la necesidad de «tomar conciencia de que somos un todo, una humanidad planetaria».

En https://www.lavanguardia.com/, 24/7/2023.

Historia del día: Messi con la inscripción del Inter de Miami: «Freedom to dream»

«Libertad para soñar».

Es que el dueño del Inter es cubano y el lema del club está dedicado a todos aquellos que escaparon de dictaduras con el propósito de cumplir sus sueños en libertad.

Cuba es una dictadura: no existe la independencia judicial, la soberanía no reside en el pueblo, no existen elecciones libres, sólo puede gobernar el Partido Comunista, no existe la libertad de prensa, de expresión y de manifestación, encarcela por sus ideas,…hay que ponerse en la piel de un cubano que no puede viajar en su país, que no puede comer lo que desea, que no puede hablar sin ser reprimido. La dictadura cubana es una maquinaria que te utiliza, te exprime, te devora y te desecha.

El comunismo destruyó moral, económica y socialmente a todos y cada uno de los más de 40 países en donde se instauró. Lástima que mucha gente se está dando cuenta ahora.

Los cubanos llevan soportando 64 años una dictadura comunista que les ha llevado a la miseria y la pobreza. En el año 1959 Cuba era el tercer país más rico de Hispanoamérica. El 1 de enero de 1959 comenzó la dictadura comunistas en Cuba. Pronto se pasaron a los “Rolex”, a disfrutar de la buena vida mientras dejaban a los cubanos en la miseria. Parafraseando a Orwell: “Los animales son iguales, pero los cerdos son más iguales que otros».

Pero más aquí en el tiempo…

La dictadura cubana le acaba de declarar la guerra a Fito Páez tras sus declaraciones. No solo han censurado su documental, a partir de ahora sus canciones ya no se podrán reproducir en ninguna radio del país. Queda prohibida su música en toda la isla. Solo saben censurar.

Sabina también se despertó. Igual que Milanés ( aunque ya no está). Al igual que muchos otros. Pero vos Fito ¿recién te das cuenta de lo que fue y es la tiranía castrista? Como soles decir: «Sos un boludo».

Pero bue…

Nos vamos.

En su momento alguien dijo: ‘Si tienes menos de 30 años y no eres de izquierda, es que no tienes corazón. Si tienes más de 40 años y eres de izquierda, es que no tienes cerebro’.

Pero aquí Emilio lo dijo de otra manera:

Fin.

Por Hugo R. Manfredi

«No condeno el comunismo porque sea violento y revolucionario. Condeno el comunismo porque es falso. Lo condeno porque es una teoría ética errónea de la vida normal del hombre». G.K. Chesterton.

La diferencia entre estrategia y táctica

Primera lectura: La estrategia es dejar que tu enemigo haga y diga lo que quiera pensando que está ganando pero sabiendo lo que le espera al final del camino. Las tácticas son tomar represalias cada vez que tu enemigo hace o dice algo que no te gusta, tratando de suprimir el crecimiento de tus enemigos, pero nunca derrotándolos realmente. La táctica es buena para el orgullo, pero la estrategia es para el ganador.

Segunda lectura: «Nunca interrumpas a tu enemigo cuando está cometiendo un error» – Napoleón Bonaparte.

Nos vamos.

No hay que vender la piel del oso antes de haberlo cazado. Significado: “Advierte contra la precipitación y el optimismo excesivo, pues se debe tener total seguridad en conseguir algo antes de darlo por hecho.”

Algunas palabritas general…

Fin.

Consolida la primera ciudad argentina, la traslada y la bautiza como Santiago del Estero (1553-1554)

Sobresaliendo de la frondosa arboleda del parque de Santiago del Estero, a menos de un tiro de arcabuz del Río Dulce, un promontorio se eleva hacia lo alto despegándose de lo común y pedestre. En la cima, corta el aire la espada que un hombre de bronce empuña virilmente, como guardando la ciudad en eterno combate contra todos sus enemigos. Es el muy magnífico General Francisco de Aguirre, fundador de Santiago del Estero, «Madre de Ciudades», versión definitiva de Barco, la primera ciudad argentina.

Nacido en Talavera de la Reina de una familia de caballeros hijosdalgo, conquistador en Cuzco y «primera lanza» en Chile, será uno de los forjadores de la Gobernación del Tucumán, con rasgos de osado estadista, guerrero leal y ambicioso soñador de realidades.

Tres elementos se destacan en él, ya antes de llegar desde Chile a nuestro territorio:

•  Las tierras productivas o feudos bajo su dominio civil y militar, Coquimbo, Copiapó y La Serena, otorgadas por el Gobernador de Chile, Valdivia, que hacían de su dueño un respetable señor feudal de hecho;

•  Su personalidad fuerte y autoritaria, que llevó a compararlo con un gallo de riña y un tigre;

•  La designación como Teniente de Gobernador de La Serena y Barco, por la que Valdivia le concedía una enorme jurisdicción a ambos lados de la «Cordillera de la Nieve» (los Andes).

Era ésta una tentativa de gran trascendencia política que podría colocar la región del Río de la Plata en manos de Aguirre. «¿No habría así este hombre genial realizado su gigantesco ensueño de unir en una sola gobernación toda la tierra existente ente el Atlántico y el Pacífico, desde la Serena hasta el Río de la Plata?», se pregunta Roberto Levillier.

Otras dos características de este gran jefe tendrán consecuencias:

•  Su diplomacia con los indios, basada en un trato recio y leal, que los hacía respetarlo y estimarlo: «Le amaban, dijo un testigo, porque les hablaba y trataba con verdad» (Levillier, «Nueva Crónica de la Conquista del Tucumán», t. I, p. 188).

•  Su actitud irónica y aún hostil hacia el Clero y su jactancia irreligiosa, propia de ciertos hombres renacentistas como él, aunque debida más que nada a su afán de no tolerar otros poderes. Ella perjudicará seriamente su obra.

«No obstante sus fallas, dice Roberto Levillier, era derecho, abierto y grande, recio y de claro obrar con unos y otros».

El 14 de octubre de 1552, el poderoso Gobernador perpetuo de Chile, Pedro de Valdivia, deseando prolongar su obra y entreviendo peligros en el horizonte, dicta una provisión ampliatoria con el fin de fijar su propia sucesión. Establece que, en caso de que Dios dispusiera de su persona, su esforzado vasallo Aguirre dejaría de ser lugarteniente, pasando a ser Gobernador de Barco, La Serena y los territorios que, dentro y aún fuera de los límites establecidos, pudiese conquistar y poblar de cristianos. La eventual gobernación de Aguirre, por añadidura, sería independiente de cualquier futuro Gobernador de Chile.

Investido tan generosamente por Valdivia, Aguirre se sentía en la gloria y comenzaba los preparativos para explorar la parte oriental (hoy argentina) de su jurisdicción, invirtiendo de su caudal la gran suma de 60.000 pesos oro.

Aportaba «abundante provisión de armas, herrajes y caballos, gastando para ellos con la magnificencia que solía» (Levillier). Y armaba una fuerza militar de 60 hombres, entre los que se destacaban su sobrino, Rodrigo de Aguirre, y Gaspar de Medina, futuro salvador San Miguel de Tucumán, que aún no había nacido.

A principios de 1553 se encontraba ya el conquistador con su hueste en tierra de diaguitas (los valles serranos que van desde Salta hasta el sur de La Rioja, próximos a la Cordillera Nevada ). Sabía por informantes que Núñez de Prado había trasladado Barco (I) a los valles del Cacique Calchaquí, región donde intentaba hallar la nueva ciudad (ver nuestro artículo «Núñez de Prado, fundador de Barco, primera ciudad y cimiento de la Argentina»)

En lugar de encontrarla, se dio con la imagen desoladora de una abandonada Barco (II), de cuya población quedaban como vestigio chivos montaraces y algún pedazo de cerámica de Talavera en los espacios invadidos por malezas. Se fue haciendo una idea negativa del Capitán Núñez de Prado, que en dos años había perdido dos buenos asientos, meditando qué medidas tomaría a su respecto cuando diera con él, refiere la historiadora tucumana Teresa Piossek Prebisch en «Poblar un Pueblo – Comienzo del poblamiento de Argentina en 1550» (San Miguel de Tucumán, 2004, 516 pp.).

Conocedor de la idiosincrasia indígena, le preocupaba la aparente indiferencia de los calchaquíes; mala señal de un ataque inminente que no tardó en caer sobre su pequeño ejército. En un combate logró apresar al famoso jefe de los valles, don Juan Calchaquí, bravo, tenaz y peligroso como Aguirre. Tal vez la semejanza entre ambos facilitó el entendimiento, y Calchaquí quedó en libertad, comprometiéndose a mantener la paz.

Se dirigió a la «provincia de Chicoana», cerca del actual Molinos, tradicional punto de encuentro de españoles e indígenas desde los tiempos de «la Gran Entrada». Pero aquí también estaban los naturales en pie de guerra. Aguirre obtuvo otra victoria, que mostró una vez más sus dotes guerreras; y también diplomáticas, pues con estos triunfos iba labrando al menos una precaria paz.

Debidamente informado por los indígenas, siguió el rumbo de Núñez de Prado. El país de nogales y cedros fue dando lugar a otro de quebrachales y algarrobales, camino al río Dulce.

La provisión de Valdivia le encomendaba asegurar Barco, pudiendo dejar o no a Núñez como lugarteniente. Pero Aguirre tenía su decisión tomada.

Teresa Piossek nos relata con vivacidad los hechos ocurridos, basada en las probanzas y crónicas de los protagonistas. Aprontando sus hombres, la noche del 20 de mayo de 1553 entró a la ciudad con su estandarte en alto. Su avance fue arrollador. El silencio nocturno, sólo interrumpido por los perros que «toreaban», fue cortado por la voz potente de Rodrigo pregonero, anunciando que el general Aguirre venía a gobernar la ciudad, por mandato del Gobernador de la Capitanía General de Chile, por Su Majestad Católica.

Como medida precautoria hizo arrestar a algunas autoridades y confiscó provisoriamente las armas de los vecinos. Nadie se resistió. Había miedo entre los pobladores y preocupación por tantas bocas que alimentar llegadas inopinadamente.

A la mañana siguiente vieron pasar a los alcaldes y regidores rumbo al Cabildo. Ninguna autoridad era tenida por válida sin el reconocimiento de este órgano de gobierno que era el alma de toda ciudad hispanoamericana. Aguirre los convocaba para leerles sus poderes y ser recibido como máxima autoridad de Barco.

Cumplida la ceremonia, el pregonero convocó a grandes voces a la población a reunirse en la plaza. Allí encontraron a la guardia de Aguirre formada con aire marcial, y al conquistador, a quien observaban discretamente, ya que su mirada penetrante y toda su persona transmitía una impresión de autoridad que no toleraba desobediencia ni oposición.

El escribano Gaspar de Medina leyó el acta, fechada en la Ciudad del Barco, «Reino de la Nueva Extremadura», el 21 de mayo de 1553, en la que constaba que, por voz de Rodrigo pregonero, en presencia de cabildantes, vecinos y soldados «se pregonó esta provisión…después de la haber presentado el dicho general…en el Cabildo…y ser por el dicho Cabildo obedecida, y ser recibido el dicho señor general Francisco de Aguirre por capitán general y teniente de gobernador como en la dicha provisión se contiene» (T. Piossek P., o.c., p. 236).

El aspecto de los vecinos de Barco, cuenta la citada autora, era tan lamentable que más parecían una banda de mendigos. Luego de tres años de penurias, perdidos en la inmensidad, aislados de toda ciudad española, sus otrora elegantes trajes y botas habían sido desgarrados por el uso, los montes espinosos y las flechas, y reemplazados por prendas y calzado rústico y artesanal, hechos con cueros de venados y tigres, toscas incómodas fibras vegetales como la cabuya y aún «pellejos de perros» para proteger los pies. A ello se sumaban las barbas y pelo encanecidos y crecidos. Lejos de reírse, Aguirre sintió profunda admiración por ellos, pues sostenían la única ciudad existente al oriente de la cordillera.

Luego de la lectura del acta por el escribano, el pregonero Rodrigo dio lectura a toda la población presente de la provisión ya conocida y acatada por el Cabildo, por la que Valdivia revocaba el poder dado a Núñez de Prado y nombraba a Francisco de Aguirre como su teniente, encomendándole el gobierno de Barco y «hacer otras ciudades y poblar cristianos» y «pacificar a los caciques e indios de las dichas ciudades».

La minoría de partidarios de aquél sintió que el mundo se les venía abajo. Los padres dominicos Carvajal y Trueno, que lo habían apoyado, no deseaban quedarse, por motivos no del todo claros. La agitada vida trashumante de Barco había impedido que su esfuerzo misionero diera frutos. Al parecer estaban desanimados y querían volver al Perú, cansados de una tierra que parecía tan ingrata.

Por el contrario, los numerosos enemigos de Prado exultaban de alegría y alivio, y, sin llegar a tanto, hombres de la talla de los veteranos Hernán Mejía Miraval y Miguel de Ardiles hacían un balance positivo de la situación, pues sabían que Núñez de Prado nunca sería un buen caudillo.

Aguirre había mandado una partida de hombres a buscarlo y prenderlo, para evitar riesgos y dilaciones como las que protagonizara ante Francisco de Villagrán. Al llegar arrestado a Barco, de la que sería su última expedición exploradora (a las minas del Famatina), Prado palpó la animadversión de los vecinos, incluidos sus parientes, que ya no necesitaban disimular.

Aguirre lo trató con corrección, demostrando que era duro, pero no cruel. Días después lo envió preso para ser juzgado en Chile. Lo vieron partir definitivamente con su conocida expresión de miedo y resentimiento. Antes, tuvo la sorpresa de ver que uno de quienes lo acompañaban al ser apresados era tratado con deferencia por los recién llegados, luego de darse a conocer: se trataba de Juan Gregorio Bazán, otro legendario conquistador del Tucumán, nacido en Talavera de la Reina, como Aguirre, y primo de éste…

Se acababa un gobierno de pesadilla. ¿Cómo sería el nuevo? Muchas señales promisorias se confirmaron. Pero había una espina que con el tiempo daría en infección. Aguirre se desembarazaba de los frailes dominicos pero no traía reemplazantes. Los vecinos se alarmaron. ¿Quién los confesaría, en esa vida irregular que llevaban, en que varios convivían con indias? ¿Quién bautizaría a «los mesticillos»? ¿Quién celebraría la misa? ¿Quién les daría la extremaunción, abriéndoles las puertas de la salvación eterna a la hora de la muerte?

Pero Aguirre era insensible a esos planteos y finalmente los despidió con impaciencia. Los vecinos comprendieron que ellos mismos deberían mantener la fe (Teresa Piossek Prebisch, «Poblar un Pueblo», p. 243).

Despejado el terreno, Aguirre se abocó a sus geniales proyectos y urgentes tareas de gobierno. Se trazó un plano mental de la gobernación en ciernes y ubicó los puntos estratégicos donde fundaría ciudades para acercarse a Chile y al Atlántico -por el Río de la Plata-, sacando a Barco de su aislamiento y desarrollando el comercio. Todo bien pensado y a ser ejecutado con la garra que lo caracterizaba.

También distribuyó las infaltables encomiendas -que muchas veces eran teóricas, pero al menos «apuntaban a…»- , extendiéndose hacia las actuales Catamarca y La Rioja, teniendo en cuenta el Camino del Inca para conectarse con el reino trasandino.

Nueva savia comenzó a circular en Barco cuando Aguirre inició la distribución de valiosas semillas y plantines y los imprescindibles caballos a quienes estaban de a pie, dando a todos la orden de aprontarse para las nuevas expediciones.

Aunque costaba seguirle el paso, los pobladores que habían pensado en «mandarse mudar» habían cambiado de planes, al renacer de las esperanzas.

Una de sus primeras acciones fue ir «a descubrir el rio bermejo»; de allí «trajo de paz mucha gente» indígena, declaró el testigo Cristóbal Pereira. Con esta convivencia entre indios y españoles, se iba gestando el pueblo argentino.

Inició una recorrida por los vastos territorios dados por Valdivia. Iba descubriendo y conquistando las provincias de los juríes, Salabina, Sanavirones y Río Salado. Visitó decenas de pueblos indígenas con los que aplicaba una política similar a la del Inca: les daba a elegir entre la guerra o la convivencia pacífica.

Volvió a Barco a los seis meses, luego de recorrer 700 leguas. Había noticias preocupantes: rebeliones indígenas aquí y allá, con muerte de encomenderos españoles. Consideraba que el español no debía mostrarse nunca débil ni lerdo so pena de enfrentarse a un irrefrenable levantamiento general. Eligió sus mejores capitanes de entre los veteranos de Santiago: Sedeño, Valdenebro y Mejía Miraval. Les dio instrucciones de ser implacables con los cabecillas rebeldes y ofrecer el perdón a los pueblos, a cambio de la sumisión y la paz. La campaña fue exitosa y se logró una paz inestable.

El 25 de julio de 1553, festividad de Santiago Apóstol, patrono de España, la ciudad vivió un gran día histórico. Fue trasladada a dos o tres tiros de arcabuz de su anterior emplazamiento, que pasó a llamarse «pueblo viejo». Quedaba así más guarnecida contra las devastadoras crecientes del Dulce. Pero sobre todo Aguirre la fundaba como «Santiago del Estero», imponiéndose de hecho como su fundador. Se labraron las actas respectivas y se procedió de acuerdo a los usos y costumbres de la Conquista. Un detalle doloroso para los vecinos fue la falta de un sacerdote que celebrara la misa ante un acontecimiento de esa magnitud.

Era por el momento lo único que ensombrecía el promisorio rumbo de Santiago. Aguirre, satisfecho y en la cúspide de su carrera, le escribió una prudente carta al Emperador, pidiéndole que lo nombrara Gobernador del Tucumán, Juríes y Diaguitas , lo que fue apoyado por el cabildo santiagueño.

La carta de los Vecinos señalaba que habían estado a punto de despoblarla «por faltarnos lo necesario para nuestra sustentación», cuando «Dios fue servido traer a ella al capitán Francisco de Aguirre», «y certificamos a V.M. que en hacer este socorro…hizo muy gran servicio a Dios… y a V.M.» ; «y en todo se da tan buena manera y orden, como persona que…sirve a V.M. y tiene experiencia de españoles e indios, de que todos vivimos muy contentos… (Teresa Piossek Prebisch, op. cit., p. 248).

Escribían esperanzados e ilusionados «pero, por el contrario, se avecinaban aciagos sucesos» dice la autora.

El Jueves Santo de marzo de 1554 llegaba a Santiago del Estero un grupo de jinetes. En la casa del teniente de gobernador desmontaba Juan de Aguirre, uno de sus numerosos hijos mestizos, trayendo graves novedades. El gran fundador de Chile, Valdivia, había sido muerto por los araucanos en el desastre de Tucapel. Para peor, como él temía, Chile se hallaba envuelto en el caos, en medio de revueltas indígenas y disputas por el poder.

Los cabildos habían abierto el testamento de Valdivia. A Aguirre, establecido como segundo en el orden sucesorio, le tocaba la gobernación por ausencia de quien estaba en primer lugar. Pero temían su autoritarismo y el de su rival Villagrán, formándose «bandos de aguirristas y villagristas…por lo que entre los españoles chilenos reinaba gran desasosiego» (Teresa Piossek P., o.c., p. 250).

Así, «los acontecimientos de Chile interrumpieron su obra» (Levillier).

Con la rapidez que lo caracterizaba, convocó el Cabildo de Santiago del Estero y le comunicó que partía a Chile, causando profundo asombro y malestar. Los vecinos protestaban que, apenas la ciudad comenzaba a ir hacia adelante, recibía un nuevo golpe agravado por los hombres y cabalgaduras que se llevaría.

Las objeciones se estrellaban contra el argumento de que, si no defendía su derecho de suceder a Valdivia, la suerte de Santiago corría peligro.

Antes de partir, tuvieron lugar importantes actos protocolares que referiremos oportunamente. Los vecinos quedaron con sensación de abandono, frustración y agravio. Les pesaba la interrupción brusca de sus esperanzas y la pérdida de los hombres que Aguirre se llevaba para su hipótesis de conflicto trasandino, en lugar de limitarse a una guardia.

Le pidieron que enviara socorros y un sacerdote. Asintió secamente y apuró el caballo para partir. «Al salir de la ciudad Aguirre sintió un dolor similar al de dejar una hija amada, pero más fuerte era la determinación de defender su derecho sucesorio», escribe Teresa Piossek. Debía ganarle de mano al invierno que pronto clausuraría la cordillera. «Iniciaba la marcha confiado en su buena estrella, ignorando que en esa hora comenzaba la inflexión de la curva, hasta entonces ascendente, de su carrera indiana» (o.c., p. 255).

Por Luis Mesquita Errea, en http://www.edisalta.ar/

Capitán Juan Núñez de Prado

Diego de Rojas

Bonus Track.

A partir del latín «(sanctus) Iacobus» y de su variante «Iacomus», tenemos en español nombres como «Santiago», «Jacobo», «Yago», «Jaime» o «Tiago».

En latín es SANCTUS IACOBUS, «San Jacobo» (IACOBUS del hebreo Iaakov)q deriva en «Sant Iaco», y de ahí «Sant Iago», al pronunciarlo en una sola palabra: «Santiago».

Por eso el Camino de Santiago es también el Camino Jacobeo.

¡Feliz día de Santiago!

Historia del día: El dólar

Humor de ayer y hoy. Por Landrú. Clarín, 1972.

Dólar Blue: sube $24 en el día y se vende a $552 en el microcentro porteño…luego de mucho tiempo hoy se volvió a ver el «para mañana tengo entregas pactadas…» cerro 555, para mañana 558-560.

Además.

En Argentina ya hay 53 cotizaciones diferentes del dólar.

Tambien.

El nuevo billete de $1.000 con el rostro de San Martín ya equivale a US$1.81.

Fuente: Finanzas Argy.

PD: Sujétense fuerte. El viaje está por comenzar otra vez.

Noviembre 2022, con un dólar a $302.

Y después.

Ola de remarcaciones de hasta 13% en consumo masivo tras las nuevas medidas. clarin.com

° Los laboratorios advierten que faltan insumos básicos para cirugías, trasplantes y análisis clínicos.

Lectura: Las incoherencias del relativismo

“La noción de diálogo cambia de significado, convirtiéndose así en la quintaesencia del credo relativista y en la antítesis de la conversión y de la misión. En su acepción relativista, dialogar significa colocar la propia fe, al mismo nivel que las convicciones de los otros, sin reconocerle por principio más verdad que la que se le reconoce a la opinión de los demás”. (Cardenal Joseph Ratzinger, 1996).

Sus razonamientos contra el relativismo, haciendo ver al mundo que la última medida de todas las cosas no es el yo ni su devenir caprichoso.

Viene de: «Benedicto XVI, amigo de la razón», 31 de Diciembre de 2022, en este blog.

HOMILÍA DEL CARDENAL JOSEPH RATZINGER
Lunes 18 de abril de 2005

Is 61, 1-3. 6, 8-9  /  Ef 4, 11-16  /  Jn 15, 9-17

En esta hora de gran responsabilidad, escuchemos con particular atención cuanto nos dice el Señor con sus mismas palabras. De las tres lecturas quisiera elegir sólo algún pasaje, que nos concierne directamente en un momento como este.

La primera lectura presenta un retrato profético de la figura del Mesías, un retrato que recibe todo su significado desde el momento en que Jesús lee este texto en la sinagoga de Nazaret, cuando dice: «Esta Escritura se ha cumplido hoy» (Lc 4, 21). En el centro del texto profético encontramos una palabra que, al menos a primera vista, parece contradictoria. El Mesías, hablando de sí mismo, dice que ha sido enviado «a proclamar el año de misericordia del Señor, día de venganza de nuestro Dios» (Is 61, 2). Escuchamos, con alegría, el anuncio del año de misericordia: la misericordia divina pone un límite al mal, nos dijo el Santo Padre. Jesucristo es la misericordia divina en persona: encontrar a Cristo significa encontrar la misericordia de Dios. El mandato de Cristo se ha convertido en mandato nuestro a través de la unción sacerdotal; estamos llamados a proclamar, no sólo con palabras sino también con la vida, y con los signos eficaces de los sacramentos, «el año de misericordia del Señor». Pero ¿qué quiere decir Isaías cuando anuncia el «día de venganza del Señor»? Jesús, en Nazaret, en su lectura del texto profético, no pronunció estas palabras; concluyó anunciando el año de misericordia. ¿Fue este, quizás, el motivo del escándalo que se produjo después de su predicación? No lo sabemos. En todo caso, el Señor hizo su comentario auténtico a estas palabras con la muerte en la cruz. «Sobre el madero, llevó nuestros pecados en su cuerpo…», dice san Pedro (1 Pe 2, 24). Y san Pablo escribe a los Gálatas: «Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, pues dice la Escritura: «Maldito todo el que está colgado de un madero», a fin de que llegara a los gentiles, en Cristo Jesús, la bendición de Abraham, y por la fe recibiéramos el Espíritu de la Promesa» (Ga 3, 13-14).

La misericordia de Cristo no es una gracia barata; no implica trivializar el mal. Cristo lleva en su cuerpo y en su alma todo el peso del mal, toda su fuerza destructora. Quema y transforma el mal en el sufrimiento, en el fuego de su amor doliente. El día de venganza y el año de misericordia coinciden en el misterio pascual, en Cristo muerto y resucitado. Esta es la venganza de Dios: él mismo, en la persona de su Hijo, sufre por nosotros. Cuanto más nos toca la misericordia del Señor, tanto más somos solidarios con su sufrimiento, tanto más estamos dispuestos a completar en nuestra carne «lo que falta a las tribulaciones de Cristo» (Col 1, 24).

Pasemos a la segunda lectura, a la carta a los Efesios. Aquí se trata, en sustancia, de tres cosas: en primer lugar, de los ministerios y de los carismas en la Iglesia, como dones del Señor resucitado y elevado al cielo; luego, de la maduración de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, como condición y contenido de la unidad del cuerpo de Cristo; y, por último, de la participación común en el crecimiento del cuerpo de Cristo, es decir, de la transformación del mundo en la comunión con el Señor.

Detengámonos sólo en dos puntos. El primero es el camino hacia «la madurez de Cristo»; así dice, simplificando un poco, el texto italiano. Según el texto griego, deberíamos hablar más precisamente de la «medida de la plenitud de Cristo», a la que estamos llamados a llegar para ser realmente adultos en la fe. No deberíamos seguir siendo niños en la fe, menores de edad. ¿En qué consiste ser niños en la fe? San Pablo responde: significa ser «llevados a la deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina…» (Ef 4, 14). ¡Una descripción muy actual!

¡Cuántos vientos de doctrina hemos conocido durante estos últimos decenios!, ¡cuántas corrientes ideológicas!, ¡cuántas modas de pensamiento!… La pequeña barca del pensamiento de muchos cristianos ha sido zarandeada a menudo por estas olas, llevada de un extremo al otro: del marxismo al liberalismo, hasta el libertinaje; del colectivismo al individualismo radical; del ateísmo a un vago misticismo religioso; del agnosticismo al sincretismo, etc. Cada día nacen nuevas sectas y se realiza lo que dice san Pablo sobre el engaño de los hombres, sobre la astucia que tiende a inducir a error (cf. Ef 4, 14). A quien tiene una fe clara, según el Credo de la Iglesia, a menudo se le aplica la etiqueta de fundamentalismo. Mientras que el relativismo, es decir, dejarse «llevar a la deriva por cualquier viento de doctrina», parece ser la única actitud adecuada en los tiempos actuales. Se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida sólo el propio yo y sus antojos.

Nosotros, en cambio, tenemos otra medida: el Hijo de Dios, el hombre verdadero. Él es la medida del verdadero humanismo. No es «adulta» una fe que sigue las olas de la moda y la última novedad; adulta y madura es una fe profundamente arraigada en la amistad con Cristo. Esta amistad nos abre a todo lo que es bueno y nos da el criterio para discernir entre lo verdadero y lo falso, entre el engaño y la verdad. Debemos madurar esta fe adulta; debemos guiar la grey de Cristo a esta fe. Esta fe —sólo la fe— crea unidad y se realiza en la caridad. A este propósito, san Pablo, en contraste con las continuas peripecias de quienes son como niños zarandeados por las olas, nos ofrece estas hermosas palabras: «hacer la verdad en la caridad», como fórmula fundamental de la existencia cristiana. En Cristo coinciden la verdad y la caridad. En la medida en que nos acercamos a Cristo, también en nuestra vida, la verdad y la caridad se funden. La caridad sin la verdad sería ciega; la verdad sin la caridad sería como «címbalo que retiñe» (1 Co 13, 1).

Vayamos ahora al Evangelio, de cuya riqueza quisiera extraer sólo dos pequeñas observaciones. El Señor nos dirige estas admirables palabras: «No os llamo ya siervos…, sino que os he llamado amigos» (Jn 15, 15). Muchas veces nos sentimos —y es la verdad— sólo siervos inútiles (cf. Lc 17, 10). Y, sin embargo, el Señor nos llama amigos, nos hace amigos suyos, nos da su amistad. El Señor define la amistad de dos modos. No existen secretos entre amigos: Cristo nos dice todo lo que escucha del Padre; nos da toda su confianza y, con la confianza, también el conocimiento. Nos revela su rostro, su corazón. Nos muestra su ternura por nosotros, su amor apasionado, que llega hasta la locura de la cruz. Confía en nosotros, nos da el poder de hablar con su yo: «Este es mi cuerpo…», «yo te absuelvo…». Nos encomienda su cuerpo, la Iglesia. Encomienda a nuestras mentes débiles, a nuestras manos débiles, su verdad, el misterio de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo; el misterio de Dios que «tanto amó al mundo que le dio a su Hijo único» (cf. Jn 3, 16). Nos ha hecho amigos suyos, y nosotros, ¿cómo respondemos?

El segundo modo como Jesús define la amistad es la comunión de las voluntades. «Idem velle, idem nolle», era también para los romanos la definición de amistad. «Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando» (Jn 15, 14). La amistad con Cristo coincide con lo que expresa la tercera petición del padrenuestro: «Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo». En la hora de Getsemaní Jesús transformó nuestra voluntad humana rebelde en voluntad conforme y unida a la voluntad divina. Sufrió todo el drama de nuestra autonomía y, precisamente poniendo nuestra voluntad en las manos de Dios, nos da la verdadera libertad: «No como quiero yo, sino como quieres tú» (Mt 21, 39). En esta comunión de voluntades se realiza nuestra redención: ser amigos de Jesús, convertirse en amigos de Jesús. Cuanto más amamos a Jesús, cuanto más lo conocemos, tanto más crece nuestra verdadera libertad, crece la alegría de ser redimidos. ¡Gracias, Jesús, por tu amistad!

El otro aspecto del Evangelio al que quería aludir es el discurso de Jesús sobre dar fruto: «Os he destinado para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto permanezca» (Jn 15, 16). Aparece aquí el dinamismo de la existencia del cristiano, del apóstol: os he destinado para que vayáis… Debemos estar impulsados por una santa inquietud: la inquietud de llevar a todos el don de la fe, de la amistad con Cristo. En verdad, el amor, la amistad de Dios se nos ha dado para que llegue también a los demás. Hemos recibido la fe para transmitirla a los demás; somos sacerdotes para servir a los demás. Y debemos dar un fruto que permanezca. Todos los hombres quieren dejar una huella que permanezca. Pero ¿qué permanece? El dinero, no. Tampoco los edificios; los libros, tampoco. Después de cierto tiempo, más o menos largo, todas estas cosas desaparecen. Lo único que permanece eternamente es el alma humana, el hombre creado por Dios para la eternidad. Por tanto, el fruto que permanece es todo lo que hemos sembrado en las almas humanas: el amor, el conocimiento; el gesto capaz de tocar el corazón; la palabra que abre el alma a la alegría del Señor. Así pues, vayamos y pidamos al Señor que nos ayude a dar fruto, un fruto que permanezca. Sólo así la tierra se transforma de valle de lágrimas en jardín de Dios.

Por último, volvamos, una vez más, a la carta a los Efesios. La carta dice, con las palabras del salmo 68, que Cristo, al subir al cielo, «dio dones a los hombres» (Ef 4, 8). El vencedor da dones. Estos dones son: apóstoles, profetas, evangelizadores, pastores y maestros. Nuestro ministerio es un don de Cristo a los hombres, para construir su cuerpo, el mundo nuevo. ¡Vivamos nuestro ministerio así, como don de Cristo a los hombres! Pero en esta hora, sobre todo, roguemos con insistencia al Señor para que, después del gran don del Papa Juan Pablo II, nos dé de nuevo un pastor según su corazón, un pastor que nos guíe al conocimiento de Cristo, a su amor, a la verdadera alegría. Amén.

Joseph Ratzinger, en una homilía memorable, le dio nombre al peligro: dictadura del relativismo. En el vídeo, un trozo de su texto.

Bonus Track.

TENGO UNA PREGUNTA: Si para respetar la religión no se necesita ser creyente, ¿por qué es necesario acatar la ‘Ideología de Género’ para no ser acusado de delito de odio?

En la práctica, se fomenta el odio cuando se califica como ‘fóbico’ a quien discrepa del pensamiento único dominante…

Hay una frase que decía San Agustín » lo correcto es correcto, aunque no lo haga nadie y lo incorrecto es incorrecto aunque lo haga todo el mundo».