Lectura: origen de las exportaciones argentinas

Las provincias argentinas exportaron productos y servicios a más de 148 países en 2021, con un enorme protagonismo de la Región Centro. En particular, la provincia de Santa Fe es un motor clave para las exportaciones nacionales debido a que generó casi uno de cada cuatro dólares exportados por Argentina. Así, la provincia es por lejos el segundo distrito exportador del país y tiene una particularidad: India (exportación de aceite de soja) es su principal socio comercial, siendo la única provincia en tenerlo como tal.

Con el 23 por ciento de las exportaciones nacionales, Santa Fe se consolida año tras año como la segunda provincia más exportadora del país, sólo por detrás de la provincia de Buenos Aires. En 2021, las exportaciones con origen en Santa Fe crecieron más de un 57 ciento, el mayor crecimiento relativo de todas las provincias argentinas.

Santa Fe se muestra como la segunda provincia con más exportaciones per cápita del país, con cerca de 5.067 dólares exportados por habitante, tomando las proyecciones poblacionales del Instituto de Geografía Nacional para el año 2020. Este podio se ve encabezado por Santa Cruz, con 6.334 dólares por persona, y cierra su tercer puesto con Chubut, que totaliza 4.708 dólares exportados por habitante.

En este ítem la provincia de Buenos Aires se ubica en séptimo lugar, con cerca de 1600 dólares por habitante, ubicándose antes Córdoba (US$ 3.127), La Pampa (US$ 2.339) y San Luis (US$ 1.672).

India se consolida como el principal socio comercial de Santa Fe: totaliza cerca del 11 por ciento de las exportaciones santafesinas. El aceite de soja es el principal producto de exportación argentino hacia es país asiático, y la industria santafesina es la que lidera su producción.

Argentina es el quinto exportador mundial de carne vacuna y tercer exportador global de poroto de soja y sorgo. En estos tres productos, China se destaca como el principal destino de estas exportaciones.

Industrias, economías regionales y destinos lo largo y a lo ancho de la Argentina

Si a Santa Fe le sumamos a Córdoba y a Entre Ríos, consolidamos una Región Centro que concentra más del 40 por ciento del comercio exterior argentino. La robusta producción de trigo y su fuerte industria automotriz lleva a Córdoba a relacionarse muy fuerte con el Brasil, su principal socio comercial, además de las exportaciones de la industria láctea cordobesa sobre el mercado brasilero. No conforme con ello, Córdoba se destaca por su potente industria productora y procesadora de maní. Asimismo, la carne bovina y la carne aviar explican el fuerte peso del mercado chino sobre las exportaciones de Entre Ríos, provincia que también da cuenta de un fuerte peso del maíz y el trigo en su comercio exterior.

Por otra parte, casi un cuarto de las exportaciones de la provincia de Buenos Aires tiene a Brasil como destino. El maíz, el trigo y la cebada son protagonistas en las exportaciones bonaerenses, en conjunto con la industria metalmecánica, los plásticos y el gas. Estos cereales también son claves en las exportaciones de La Pampa. Sin embargo, China, principal socio comercial de la provincia, es mercado para las carnes y la soja con origen pampeano. Tomando en conjunto a estas cinco provincias (Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, Buenos Aires y La Pampa) nos encontramos con una Región Pampeana que concentra el 77 por ciento de las exportaciones argentinas. Por su parte, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires destaca en las exportaciones de bienes con envíos hacia Alemania de productos químicos, lo que convierte al país germano en el principal socio comercial de la capital.

La Patagonia emerge como segunda región más exportadora del país, llevándose cerca del 8 por ciento de las exportaciones. El petróleo crudo, los mariscos y las lanas protagonizan la canasta exportadora de Chubut, que se destinan en más de un 40 por ciento a los Estados Unidos. La potencia norteamericana también tiene un rol preponderante en las exportaciones de Santa Cruz, a cuya canasta debemos agregar también la minería de metales preciosos. En Río Negro destacan las peras, manzanas y jugos de fruta entre las principales exportaciones provinciales, dónde aparte de Estados Unidos destacamos a Brasil y Rusia como importantes destinos. Por otra parte, Chile domina la exportación del gas y petróleo que provienen de Neuquén y Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

Por otro lado, el Noroeste Argentino (NOA) también participa con un amplio espectro de productos en las exportaciones nacionales. Las legumbres y el maíz destacan en una Salta de elevado nivel comercial con Estados Unidos. Mientras tanto, en Santiago del Estero el maíz y la soja marcan su impronta, con China y Vietnam como principales mercados. Por su parte, el limón y el maíz son esenciales en las exportaciones de Tucumán, que se envían mayoritariamente a Estados Unidos, Brasil e Irlanda. El litio y la plata son los protagonistas de la minería argentina, con epicentro en Jujuy y Catamarca. Estas provincias tienen por principales destinos a Bélgica para la plata y a China, Japón y Corea del Sur para el litio.

Con la vitivinicultura como protagonista, Mendoza se inserta al mundo exportando vino a más de 100 países, con Brasil y Estados Unidos como principales destinos, siendo la principal provincia exportadora de la región Cuyana. San Juan también tiene destacado lugar en la minería y la vitivinicultura, destacándose con sus exportaciones de oro hacia Suiza. El maíz y la soja de San Luis tienen una fuerte vinculación exportadora con China y Chile. Finalmente, el aceite de oliva y las aceitunas explican gran parte del comercio exterior de La Rioja, con Chile y Brasil como principales destinos.

El té, la yerba mate, el tabaco y la pasta para papel destacan entre las principales producciones exportadas en Misiones, con Estados Unidos y Brasil entre los destinos protagonistas, la principal provincia exportadora del Noreste Argentino (NEA) en 2021. El maíz, la soja y el algodón dominan las exportaciones del Chaco, orientadas hacia China y Vietnam. El arroz en Corrientes y el maíz en Formosa destacan como principales productos de exportación de estas provincias, ambas compartiendo a Estados Unidos como principal socio comercial.

Fuente: INDEC, Bolsa de Comercio de Rosario. También https://www.lacapital.com.ar/

Además.

Santiago del Estero realizó la primera exportación de fardos de alfalfa a China

Se trata de un cargamento de 685 toneladas.

Se concretó la primera exportación de fardos de alfalfa a China desde Santiago del Estero. Un establecimiento de esta provincia comercializó 22 contenedores que partieron desde el puerto de Buenos Aires. 

La carga total fue de 685 toneladas y se descargará en los puertos chinos de Huangpu, 135 toneladas; Qingdao, 240 toneladas; Dalian, 210 toneladas y Xingang, 100 toneladas. “Se trata de un producto cuya exportación ha ido creciendo en los últimos años y, en este caso, es la primera vez que se envía desde la provincia de Santiago del Estero”, informó el Senasa.

El organismo sanitario destacó que la partida está libre de insectos, microorganismos y de malezas. “El inicio de la exportación de alfalfa a China desde Santiago del Estero es una excelente oportunidad para que la provincia pueda ampliar la superficie sembrada del cultivo”, estimó el director del Centro Regional NOA Sur del Senasa, José Luque.

Alfalfa

Según datos oficiales, en Santiago del Estero hay cerca de 35.000 hectáreas sembradas de alfalfa.  Cabe destacar que se cultiva alfalfa en la zona de riego. 

La siembra se realiza en los meses de abril y mayo y, a partir de la primavera, se hacen seis cortes de cosecha. La duración del cultivo se extiende entre 3 y 5 años.

La exportación de alfalfa viene en aumento y en 2021 se exportaron 70.918 toneladas de fardos de alfalfa. Entre los principales destinos de este producto figuran Arabia Saudita, 52.671 toneladas y Emiratos Árabes Unidos, 16.314 toneladas.

Fuente: https://news.agrofy.com.ar/

Clase: ¿Qué es la erosión hídrica y porque se produce?

Primero vamos a definir que es la erosión y como se clasifica, a veces pueden dar en forma simultanea.

Las lluvias aunque siempre bienvenidas en zonas áridas y semiáridas del mundo constituyen el agente principal causal de erosión. Es el impacto de la gota de lluvia sobre la superficie del suelo (desnudos o con escasa cobertura) la que inicia estos eventos.

Y la erosividad de las precipitaciones siempre se traducen en pérdidas de suelo por desplazamiento.

Y los tipos de erosión que existen son los siguientes:

Como ejemplo les dejamos una secuencia de fotos con tipos de erosión hídrica a campo.

Hay un dicho entre lo ingenieros agrónomos «agua que no se infiltra en el perfil suelo es agua que se pierde» y le dejamos el ciclo hidrológico del agua.

Pero hoy vamos a concentrarnos en agua que se pierde por escurrimiento superficial ya que tenemos como ejemplo lo sucedido en Chubut (Comodoro Rivadavia).

¿Qué pasa cuando se dan lluvias de alta intensidad (137 mm zona de C. Rivadavia) en escasas hs?. El agua inicialmente tiende a infiltrar rápidamente pero luego transcurre el tiempo se estabiliza y cuando se satura el suelo hay escurrimiento superficial con erosión hídrica.

Al cuantificar mediante ecuaciones las ton/ha/año de suelo desplazado y la erosión hídrica actual a distinta escala:

Con el objetivo de cuantificar zonas del pais que posean mayor susceptibilidad a la erosión hídrica para implementar practicas de conservación y manejo de nuestros suelos.

Y buscar formas de evitar o remediar mediante distintas obras civiles y agronómicas este tipo de situaciones extremas.

Fuente: Cristian C. Zajac, @CristianCZajac

Noticia.

En síntesis, esto es lo que pasa en un año Niña (moderada), llueve menos en las zonas húmedas y llueve mucho más en las zonas áridas y semiáridas, (que, en el caso de la Argentina, alcanza un el 66% del territorio). La cantidad de precipitaciones totales a nivel mundial, permanece constante. La niña y el niño no afectan al todo el planeta sino a la zona de influencia que es enorme pero no es toda la superficie terrestre, en estos meses, el SE asiático y parte de Oceanía están con exceso y hasta inundaciones.

Historia del día: Jubilados, jubilaciones y demás (Segunda parte…)

A pedido de un colega.

Veamos.

En primer lugar, un día como el de ayer pero en 1904 se creó la Caja Nacional de Jubilaciones y Pensiones mediante la ley 4349, durante la presidencia del entonces presidente de la Nación, Julio Argentino Roca. Por tal motivo todos los 20 de septiembre se celebra el Día de los Jubilados.

Ahora bien, ¿Cuál es la situación de nuestros jubilados en estos momentos?

El 70 % cobran la mínima, unos $43.353, sería algo así como 4,4 millones de jubilados, (la canasta básica de un adulto mayor es de $107.300, y se calcula que llegue a fin de año a los $160.000 aproximadamente). La jubilación promedio es de $66. 895.

Según la UCA, 1 de cada 4 jubilados, vive en hogares con pobreza estructural.

Es bueno recordar que, en el mes de agosto, el presidente Alberto Fernández dijo que la fórmula de movilidad actual de jubilaciones le gana a la inflación. Pero esto, no es cierto. Enero/marzo: IPC 16,1%/Movilidad 12,28%; enero/junio: 36,2%/29,12%; enero/septiembre (estimado): 65,5%/Movilidad: 49,2%. Para ese momento.

También dijo que lo que se paga ahora, es mejor que lo que pagaba el Gobierno anterior. Pero, Antes 300 U$S, hoy 120.

Y siguen achatando las escalas. Alguien que cobra un poco más de 2 mínimas (porque aportó más) con los bonos hasta diciembre y que seguro continuarán, pierde 25% en relación a la escala con la mínima. ¿Será que hay que trabajar con mínima en blanco y comprar dólares y activos? Pregunta que nos hacemos.

Y como ya los dijimos en otras oportunidades, el Presidente miente hasta en los decretos. Lo que dice en el Decreto 532/22 es FALSO: 1. Entre 2017 y 2019 las jubilaciones no perdieron 19,5%; y 2. Apenas asumió suspendió la ley de movilidad y otorgó aumentos inferiores a los que daba la ley.

¿Y se acuerdan de las promesas de campaña? De los intereses de las leliq, los jubilados y sarasa firulete. Pero una vez en el Gobierno redujo las jubilaciones para pagar más intereses a los Bancos.

Lo cierto es que hoy con los intereses de las Leliq de este mes (septiembre) alcanzarían para darle a todos y cada uno de los jubilados $85.000 pesos adicionales a los que ya reciben.

Por eso colega y compañero, nada que celebrar ni festejar cuando quienes trabajaron toda su vida cobran miserias, no llegan a fin de mes y deben casi salir a pedir limosnas.

Ah me olvidaba, ¿has visto estos videos?

Un jubilados que vende en la calle, encendedores baratos porque no tiene para vivir. Describe la crisis del país. Muestra la crueldad de un nuevo actor social: jubilados pobres convertidos en vendedores ambulantes.

Si quieres colega y compañero, te describo la que están pasando mis viejos que, laburaron toda su vida,…pero otro día.

Por Hugo R. Manfredi

Fuente: Diarios nacionales y programas periodísticos. Recomiendo cuenta de Alejandro Chiti, @alechiti22. Ex Secretario de Seguridad Social.

Según la UCA, la falta de ingresos es uno de los factores que más golpea a los jubilados, ubicándolos muy por debajo de la línea de la pobreza.

Emigración: válvula de escape del santiagueño (Cuarta parte)

LAS QUE BAJARON DE LOS TRENES

Diferentes factores impulsaron las migraciones internas en nuestro país. Las mujeres integraron esa poderosa fuerza de trabajo, ya sea como parte de las familias migrantes o como personas que dejaban el terruño en busca de nuevos horizontes. Este texto se refiere a esa experiencia de vida. 

El movimiento de personas de una provincia a otra es un dato histórico relacionado con las desigualdades regionales de la Argentina. Los datos estadísticos se han conocido a partir de los estudios sobre población. Sin embargo, las causas y las consecuencias de la emigración han sido y son menos estudiadas. 

Las causas de la migración se vinculan estrechamente con la organización productiva existente en las provincias expulsoras, como así también con los problemas de vivienda y las deficiencias sanitarias y educativas. Las consecuencias, en cambio, a veces implican mejoras en la calidad de vida, pero esas mejoras no siempre son un fenómeno extendido. En muchos casos, conllevan vivir en asentamientos precarios en las periferias de las grandes ciudades como Buenos Aires y Rosario, además de tener que sobrellevar las transformaciones familiares y afectivas que se generan. Migrar implica un proceso de desarraigo, de pérdida de las relaciones personales y de esfuerzos de recomposición en los nuevos lugares de residencias.

Antonio Berni, “Migración”, 1954.

Santiago del Estero, Catamarca, Corrientes, La Rioja y San Luis han aumentado a lo largo del siglo XX la proporción de personas que emigraron a otro lugar, preferentemente a la ciudad de Buenos Aires y al cordón industrial del conurbano bonaerense. Se podría decir que el fenómeno migratorio tuvo rostro de varón. Mayoritariamente, eran los hombres los que salían para trabajar en las cosechas de cereales o algodón, en la esquila, en los obrajes, en los cañaverales. En algunas actividades se trasladaban con toda su familia, como en el caso de la zafra, en Tucumán. Esta idea de núcleo familiar laboral nubló la visión sobre las mujeres migrantes que trabajan. 

A partir del estudio sobre población de Recchini y Lattes se puede afirmar que hasta 1914 las corrientes migratorias predominaban entre provincias vecinas. Por ejemplo, de Santiago del Estero y Catamarca a Tucumán, de Chaco a Salta, de Salta a Jujuy y de Corrientes a Santa Fe. Sin embargo, después de esa fecha se intensificaron los flujos migratorios a la región metropolitana de Buenos Aires. La ciudad y el conurbano se poblaron gracias a la contribución de provincias empobrecidas que no pudieron encontrar un camino productivo para retener a su gente. El ferrocarril jugó un papel central en el traslado de los migrantes, y así como es común oir que los argentinos descendieron de los barcos, podríamos también decir que los trabajadores de las grandes ciudades descendieron de los trenes.

A principios del siglo XX, muchas mujeres se quedaban en los parajes rurales realizando innumerables tareas para sobrevivir, como cuidar los animales, lavar ropa, hacer pan, hilar y tejer.  Una proporción de ellas, imposible cuantificar con exactitud, sólo realizaba viajes breves fuera de aquellos parajes. Eran distancias cortas hacia los pueblos y ciudades vecinas para emplearse en el servicio doméstico, como lavanderas, planchadoras y comerciantes al menudeo en los mercados o en la venta callejera. Ya en los años sesenta, y especialmente en la década de 1970, mujeres y varones migraron hacia centros poblacionales de mayor tamaño, ya fueran de la propia provincia o de la región. Seguramente esta escala de la migración estaba vinculada con los regímenes de Promoción Industrial que favorecieron a algunas provincias sobre otras. También se puede sostener que la mayoría de los migrantes, hayan sido varones o mujeres, lo hacían en las edades activas, entre los 20 y los 29 años.

En el siguiente gráfico se hace visible que existen provincias con una alta proporción de su población que salió en busca de otras perspectivas laborales y de vida. En las fechas censales entre 1869 y 1970, Santiago del Estero, San Luis, Catamarca, Corrientes y La Rioja muestran altos porcentajes de emigración. Lamentablemente no se puede desagregar la información por sexo y edad.

Quisiera detenerme ahora en dos retratos de la migración interna. Al primero lo llamaré la mujer que nos cocina.  Hebe Vessuri recogió la voz de un cosechero santiagueño en Tucumán. Él le dijo

“… estos últimos años los jornales son muy bajos, y si vamos es para comer, pero como los alimentos son muy caros, si no llevamos algo de aquí y a la mujer que nos cocine, al final de la temporada no nos queda nada… si hasta hay algunos que se han tenido que escapar por no poder pagar a la proveeduría”. 

El análisis del fragmento bien podría concentrarse en el nivel de los salarios y en el lugar de la proveeduría como centro de expoliación de los trabajadores a través del consumo de alimentos. A mí me interesa destacar el rol de las mujeres. Ellas tenían que ayudar al obrero cosechero. Mientras él cortaba la caña, la mujer y los hijos la acomodaban sobre el surco, la pelaban y la cargaban. También tenían que preparar los alimentos y hacer economías para que el salario alcanzara y se hiciera así una pequeña diferencia que, a veces, servía para pagar las deudas acumuladas en el paraje de origen.  Si los varones no se trasladaban con sus mujeres el salario era mucho más insuficiente. 

El segundo retrato se llama “salir para volver”.  Varones y mujeres se acercaban a una estación de ferrocarril, con una valija donde llevaban sus escasas pertenencias. Valijas baratas de cartón que imitaban el color del cuero competían con atados de ropa que se ubicarían en el portaequipajes de un vagón. Viajaban en segunda clase, pues el pasaje era más barato. Se acomodaban presurosos en los asientos de madera, y a la hora de la comida, todos los olores se mezclaban cuando los pasajeros abrían sus paquetes con guisos, carne, pan. Subirse al tren era salir de lo que la mayoría de las personas llamaba “nuestro lugar”. Apenas habían iniciado el viaje ya pensaban en volver; el trabajo se hacía con la esperanza de regresar, especialmente para los carnavales. Muchas mujeres me contaron que volver era una fiesta. Llevaban dinero para gastar con la familia y regalos, presumían con sus vestidos, se encontraban con los conocidos. Era como una dosis de oxígeno que permitía regresar a la rutina del trabajo. Para muchas, volver implicaba también reencontrarse con sus hijos. Si bien es cierto que las mujeres jóvenes eran las que migraban, muchas dejaban sus pequeños al cuidado de la familia. Los abuelos se encargaban de la crianza con la esperanza de mejorar económicamente. Muchas veces, esas mujeres enviaban regularmente dinero a una oficina de correo o a una estafeta postal para contribuir al mantenimiento de su familia.

Estudiar las migraciones temporales o definitivas es una tarea pendiente. Aunque existen contribuciones importantes, faltan todavía estudios que unan los lugares de expulsión con los de recepción; que analicen las experiencias de las mujeres que se fueron y de las que se quedaron; que estudien el impacto del trabajo en sus vidas, en sus formas de sociabilidad y en su cultura. De todos modos, estas experiencias de migrar en busca de otros horizontes nos muestran qué importantes fueron los factores estructurales que las provocaron. También revelan las potentes transformaciones en las subjetividades que resultaron de esa experiencia.

Antonio Berni. “La marcha de los cosecheros”, 1953.

ANEXO: LAS MIGRACIONES EN LA PINTURA DE ANTONIO BERNI

Antonio Berni visitó la provincia de Santiago del Estero, una de las que ostenta los mayores porcentajes de migración a otras regiones del país. Según el diario El Liberal de Santiago del Estero, Berni pudo captar “diversos momentos de la vida del hombre (sic) santiagueño” (obrajes, bosques, hacheros, familias, migración, escuelas). 

Berni estuvo en Río Hondo entre 1951 y 1954. Se puede inferir que de su estadía en la pensión “Los ferroviarios” surgió una serie de cuadros que exhibió en la Galería Witcomb en 1954 y que bajo el título “Motivos santiagueños” mostró en Propósitos, la galería de arte del Partido Comunista.  En 1955, las pinturas fueron exhibidas exitosamente en París. 

Los cuadros de Berni remiten una y otra vez a las figuras que se habían formado alrededor del “trabajador del norte”: “población inestable”, “rostros cobrizos”, “familias errantes”, “parias”, “peregrinos del trabajo”,  todo ello como representación metonímica del pueblo trabajador del interior de la República. Un interior que se homogeneizaba,, a pesar de sus significativas diferencias.

Bibliografía consultada

Forni, Floreal, Benencia, Roberto y Neiman, Guillermo,  Empleo, estrategias de vida y reproducción: hogares en Santiago del Estero, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1991.

Lobato, Mirta Zaida, La vida en las fábricas: trabajo, protesta y política en una comunidad obrera, Berisso (1904-1970), Buenos Aires, Prometeo Libros, 2001. 

Vessuri, Hebe María Cristina Land, Tenure and Social Structure in Santiago del Estero, Thesis submitted for the degree of doctor Philosophy in the University of Oxford, Linacre College, Oxford, Trinity Term, 1971. 

Por Mirta Z. Lobato, en https://historiaobrera.com.ar/

Emigración: válvula de escape del santiagueño (Tercera parte)

Saldo Migratorio

Los movimientos de población se dan en tres escalas diferentes: dentro de las provincias, entre provincias y entre países.

Según los datos del Censo de Población de 2010, 1.300.000 personas se desplazaron dentro de las propias provincias en los 5 años previos al censo, 1.200.000 lo hicieron entre provincias, en tanto que 350.000 personas procedentes de otros países llegaron y permanecieron en el país en el mismo período.

El componente migratorio de la variación de la población ofrece un panorama diferente que el que se presenta al considerar de manera integral la variación total de la población. Todas las jurisdicciones tienen crecimiento de la población en el período intercensal, pero no todas consiguen retener su propio crecimiento vegetativo y se produce emigración aunque la población aumente.

Las provincias del norte son las principales emisoras de migrantes interprovinciales. Las jurisdicciones que presentan los saldos migratorios negativos más relevantes en relación con la población total son Formosa, Santiago del Estero, Chaco, Misiones y Catamarca.

En una situación opuesta se encuentran las provincias patagónicas, especialmente Tierra del Fuego y Santa Cruz, donde el componente migratorio es fundamental para explicar la dinámica demográfica.

En términos absolutos, los principales flujos se dan hacia la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, que reciben migrantes de todas las provincias.


Las migraciones intraprovinciales no inciden en el total de población de la provincia, pero son relevantes para la distribución de la población al interior de estas. Los flujos relativos más importantes se dan en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza. Analizado a nivel de departamento, se observa que el saldo migratorio negativo se concentra, sobre todo, en el norte del país. Prácticamente todos los departamentos de Formosa y Chaco y gran parte de Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Tucumán, Catamarca y La Rioja presentan valores negativos, es decir, no retienen la totalidad de su crecimiento vegetativo. En estas mismas provincias se destacan los departamentos donde están ubicadas las ciudades capitales, que presentan una tendencia opuesta: recepción de migrantes. Esto da cuenta de las migraciones intraprovinciales, que tienen como destinos privilegiados las ciudades más grandes.

Con menor intensidad, pero con similar patrón, el fenómeno se reproduce en algunas provincias patagónicas, como La Pampa, Neuquén, Rio Negro y Chubut. En tanto que Santa Cruz y Tierra del Fuego presentan saldos positivos homogéneos lo que revela una amplia recepción de migrantes en toda la provincia, que impulsa los valores de crecimiento total. En las regiones Cuyo y Centro, por su parte, hay predominio de saldos positivos, aunque bajos, en la mayor parte de las provincias. Nuevamente son las principales ciudades las que se destacan con saldos migratorios positivos más elevados.


En cuanto a los flujos internacionales, los extranjeros representan el 4.5% del total de habitantes del país. Este porcentaje representa un leve aumento en relación con el censo anterior, revertiendo la tendencia a una declinación constante desde el máximo de 1914. Si bien este aumento es leve, en XXX años. Los principales movimientos se registran desde países vecinos, destacándose los casos de Paraguay, Bolivia, Chile y Perú como los países de origen más importantes. Entre los principales destinos se destaca especialmente la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, seguida de las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.

En https://ofu.obraspublicas.gob.ar/

Emigración: válvula de escape del santiagueño (Segunda parte)

Un texto con historia

“Los que se van de Santiago”

“Un santiagueño decide iniciar la aventura de trasladarse a Buenos Aires para forjarse un futuro. Tiene muchos motivos que lo impulsan a hacerlo. La necesidad de aportar algo para mantenimiento de su familia y la imposibilidad de lograr un empleo suficientemente remunerativo en la provincia. La seguridad transmitida por algún pariente o amigo que antes que él hizo la experiencia de que en la Capital Federal (o en alguna otra de las grandes ciudades)  puede labrarse un futuro. Junto con su equipaje lleva esperanzas pero también temores. El santiagueño ama a su tierra y abandonarla significa un desgarrón en su alma que le dejara para siempre su cicatriz.

El camino que inicia no es fácil; generalmente tiene su punto de partida en una villa miseria. A través de una “Investigación social en agrupaciones de villas miserias de la ciudad de Buenos Aires” efectuada por la Comisión Nacional de la Vivienda  en 1958, se comprobó que más del 10% de la población que vivía en ellas provenía de Santiago del Estero. “Vienen a mejorar su situación como mano de obra no especializada, lo que se nota por sus bajos ingresos, incorporándose los hombres sobre todo a la industria”. “Su nivel de vida ambiental es pobre y muchas veces mísero, pero tienen mayores ingresos que en su zona de origen, trabajo asegurado todo el año, por la gran ocupación existente, mejor comida y vestido”. “Si bien algunos piensan en lo que dejaron, la experiencia es que vuelven pocos, ni aún con pasajes gratuitos que se les ofrecieron. Son migrantes que desean radicarse definitivamente en la Capital, si siguen teniendo ocupación”.

Volumen del Éxodo

El paso ha sido dado. La mayoría como señala el trabajo citado, terminará por afincarse definitivamente en Buenos Aires y formará allá su familia. El tiempo, y sobre todo el trabajo tesonero, le permitirá abrirse paso, salir de la “villa”, adquirir un oficio y, algunas veces prosperar. Su problema con mayores o menores penurias, ha quedado solucionado. Pero son varios miles que anualmente siguen el mismo camino, transformándose para la provincia en un problema –o en una de las manifestaciones de un problema- muy difícil de encarar.

Es imposible determinar con exactitud el número de santiagueños que han emigrado; sólo se pueden hacer aproximaciones. Si la población de nuestra provincia hubiera crecido entre 1947 y 1960 (fecha de los dos últimos censos nacionales) de acuerdo con el ritmo de la totalidad del país, en el último año mencionado sus habitantes habrían tenido que ser 580.000; en realidad el censo arrojó una población de 477.000 habitantes. Aún sin tener en cuenta que la tasa de natalidad es mayor en Santiago que en el promedio nacional, surge claramente que en el lapso de 13 años salieron de la provincia para no volver no menos de 100.000 santiagueños. Aunque haya indicios de que el éxodo ha disminuido algo, nada indica que se haya detenido.

Si tomamos en cuenta la pirámide de población de Santiago del Estero comparada con la del total del país, sobre la base de los menores de diez años, le hubiera correspondido  tener en 1960 una población de aproximadamente de 680.000 habitantes, 200.000 más de los que contaba. Esta cifra coincide aproximadamente con la que se logra ajustando a la tasa de crecimiento nacional la población de la provincia en 1914. De una manera conservadora, pues no se toma en cuenta a través de este método el hecho de que muchas familias enteras –incluidos los hijos de corta edad- han mudado su residencia, puede estimarse que entre 180.000 y 200.000 personas han abandonado Santiago del Estero en forma definitiva.

El circulo vicioso

Si se hacen algunos simples cálculos matemáticos se puede descubrir la tremenda significación económica y social del éxodo. En primer lugar, la mayoría de los que se van están en una edad comprendida entre los 20 y los 40 años, es decir, cuando su capacidad productiva es mayor.

Este hecho determina que, mientras que en el conjunto del país hubiera en 1960 una persona ocupada por cada 2,6 habitantes y en la Capital Federal cada 2,3 en Santiago había tan solo una persona ocupada cada 3,4 habitantes. ¿Cómo se refleja esto en los ingresos? Aún si consideramos que el trabajo fuera remunerado igual en nuestra provincia que en Buenos Aires, al tener que ser dividido entre mayor cantidad de pasivos, el ingreso real “per cápita” sería un 33% menor. Por supuesto, la realidad es mucho más negativa. Los jornales suelen ser un 20, un 30 y hasta un 50% menor que en Buenos Aires para el mismo tipo de actividad. Este es un problema que afecta no sólo a la masa laboral, sino a todo el comercio y la industria de la provincia, que encuentra reducido su mercado, y el desnivel señalado se convierte en el eslabón que cierra un verdadero círculo vicioso: la aspiración de lograr un mayor ingreso presiona para impulsar el éxodo de los trabajadores, así como para buscar una inversión más remunerativa de los capitales fuera de la provincia.

Además los bajos ingresos conspiran contra el ahorro y la consiguiente inversión. Se repite la paradoja: la provincia que más necesita de capitales para salir del estancamiento, es la que está en peores condiciones para formarlos y retenerlos.

El Éxodo Rural

Hasta ahora nos hemos referido tan sólo al movimiento de santiagueños hacia afuera de la provincia, pero hay otro problema que tal vez por su proyección alcance una gravedad mayor: es el éxodo desde el campo hacia las ciudades y en especial hacia nuestra capital. Un estudio oficial citado por la Dirección de Asistencia Social de la Nación (Número 8, diciembre de 1964), llega a la siguiente conclusión: “Tal vez más del 90% de la población que migra a las grandes ciudades proviene de los centros poblados con más de 2.000 habitantes”.

El hecho de que nuestra ciudad y las más importantes de la provincia no han disminuido su población, sino que la han aumentado, demuestra que ha habido una migración interna en la provincia que ha compensado ese movimiento. Esto se pone de relieve en el hecho de que mientras el conjunto de la población había disminuido entre 1947 y 1960 en más de dos mil habitantes, hubo ocho departamentos en que esta aumentó en conjunto, en 32.000. Quiere decir que en los 19 departamentos restantes disminuyó en unos 35.000. En algunos departamentos el éxodo fue masivo: el departamento Mitre vio disminuida su población en un 39,9%; Jiménez en un 26%; Belgrano en un 25,7%; Moreno en un 25,4%; Quebrachos, en un 24,2%; Sarmiento, en un 21%, etc.

Grandes regiones de la provincia amenazan en convertirse en desiertos, desapareciendo toda actividad humana y como en el caso analizado anteriormente son los jóvenes en edad de trabajo los que primero se ausentan. A simple vista puede comprobarse que en el campo de vastas zonas van quedando tan solo ancianos y niños.

El desafío del desierto

Más del 55% del territorio de la provincia tiene una densidad menor a 2 habitantes por kilómetro y el proceso de despoblación continúa. Zonas que antes fueron ricas amenaza convertirse en desiertos. La población tiende a concentrarse –ya sin duda al haberse terminado el embalse de Rio Hondo, esto se agudizará- en la cuenca del Rio Dulce. La provincia tiene ante sí un tremendo desafío: el detener el éxodo interno, paralizar la emigración de brazos y recolonizar su propio territorio. Es una tarea gigantesca y lamentablemente aún no se vislumbra el método para encararla en forma que contemple todos los aspectos.

En términos económicos reales, el primer problema consiste en alcanzar en la provincia un nivel de ocupación por lo menos similar al promedio del país, esto es, de una persona ocupada por cada 2,6 habitantes. Sobre las cifras analizadas de 1960 significa lograr ocupación para 40 mil personas. El segundo problema consiste en asegurar a las nuevas generaciones que alcanzan la edad activa, una plaza de trabajo en la provincia. Esto requiere un incremento de unos cinco mil empleos anuales. Es evidente que ni aún los planes actuales más ambiciosos pueden asegurar estas metas.

El problema es, sin embargo, más grave. Desde 1960 la agudización de la crisis de la industria forestal y la crisis que padece la industria azucarera de Tucumán, que en sus mejores tiempos llegó a ofrecer empleo a cerca de 30.000 santiagueños, seguramente agudizan el déficit ocupacional.

Emigración de hombres, fuga de capitales

El problema parece insoluble: ganar tierras al desierto, crear industrias, establecer fuentes de energía, caminos, comunicaciones, viviendas, requiere capitales inmensos, con los que la provincia no cuenta.

No es nuestra intención descubrir la solución mágica, que solo podría tal vez vislumbrar los estudiosos y expertos en la materia, pero deseamos si hacer una reflexión.

El producto nacional bruto de nuestro país en 1961, arrojó una producción “per cápita” de unos 150 mil pesos anuales a precios actuales (OECEI, Argentina Económica y Financiera, 1966). Calculando como lo hemos hecho antes, en 200 mil los santiagueños que desarrollan su actividad fuera de la provincia, nos encontramos con que el aporte a la producción nacional efectuado, alcanza a la suma de por lo menos 50.000 millones de pesos anuales. De esa producción, más de un 20% significa ahorro e inversión, es decir, formación de capital (N. González y R. Tomasini: Introducción al estudio del ingreso nacional”). Quiere decir que a través de sus hijos, la provincia ha aportado a la nación, fuera de su jurisdicción en los últimos ocho años, la formación de un capital que alcanza a los 80.000 millones de pesos.

Cada santiagueño que se va, pues, se lleva consigo no solo sus esperanzas y sus temores, sino también sus brazos, su capacidad de trabajo, u una posibilidad más que se escapa de la provincia para forjar su progreso”.

Por Jorge E. Hammar, para El Liberal, en su 70° Aniversario, noviembre de 1968, pág. 86.

También, lecturas sugeridas en este mismo blog:

° Emigración: válvula de escape del santiagueño. Publicado el 23 de febrero de 2016.

° “La agonía del Campo santiagueño”, del cómo y porqué se está vaciando. Publicada el 6 de febrero de 2019. 

° “La agonía del Campo santiagueño” del cómo y porqué se está vaciando (Segunda parte…) Publicada el 2 de febrero 2022.

Antonio Berni, “Migración”, 1954.

Lectura: “El camino del éxodo como metáfora de la liberación”

Para ponernos en contexto

En aquellos días, el Señor dijo a Moisés:
«Anda, baja de la montaña, que se ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto. Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado. Se han hecho un becerro de metal, se postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman: “Este es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto”».
Y el Señor añadió a Moisés:
«Veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. Por eso, déjame: mi ira se va a encender contra ellos hasta consumirlos. Y de ti haré un gran pueblo».
Entonces Moisés suplicó al Señor, su Dios:
«¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto, con gran poder y mano robusta? Acuérdate de tus siervos, Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo: “Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a vuestra descendencia para que la posea por siempre”».
Entonces se arrepintió el Señor de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo. Éxodo 32, 7-11. 13-14.

“Para que beban los cobardes

Durante el cruce del Sinaí, a cada instante los israelitas tratan de huir de la férrea mano de Moisés. En una pesadilla de cuarenta años, un pueblo de cobardes sigue a Moisés, a quien parece unirlos sólo el miedo.

Frente a cada dificultad, respuesta es siempre idéntica: en ningún momento el pueblo se une a su líder para enfrentarla juntos. A cada instante añoran los buenos tiempos de la idolatría y la esclavitud, mientas le expresan el continuo reproche por haberles quitado las cadenas.

Ante una de las rebeliones, Moisés cava un pozo para darles de beber (…) Llegan agobiados por el sol implacable, miran con odio el cielo de metal, “y como no hubiese agua para la congregación juntáronse contra Moisés y Aarón. Y regaño el pueblo con Moisés y hablaron diciendo: “-ojalá que nosotros hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante de Yahveh! ¿Y por qué hiciste venir la congregación de Yaveh a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias? ¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras, de viñas, ni granadas, ni aun de agua para beber”. (Números, cap. 20).

En forma coherente con la relación que tiene con ellos, Moisés no intenta hablarles. No les hace promesas, ni procura tranquilizarlos, ni siquiera para evitar el motín inminente. Los deja quejándose y se va a rezar al tabernáculo, a pedir alguna inspiración divina. Afortunadamente la recibe:

“-Toma la vara, y reúne a la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la pena en ojos de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás agua de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias.

“Y juntaron Moisés y Aarón la congregación delante de la peña y dijéronle: “-Oíd ahora, rebeldes: ¿os hemos de hacer salir aguas de esta peña?

“Entonces alzó Moisés su mano e hirió la peña con su vara dos veces: y salieron muchas aguas, y bebió la congregación y sus bestias” (…) “Tuvieron sed y te invocaron –dice-, de una roca abrupta se les dio agua, de una piedra dura, remedio para su sed. En vez de la fuente perenne de un rio enturbiado por una mezcla abundante”. (Sabiduría, 11: 4-7 (C)). Esto está escrito en el siglo I a.C., con los judíos asentados en su tierra. Ya no hay que amenazar a los que se someten a los babilonios, sino fortalecer la unidad del pueblo. Maleable como el agua, la historia de Moisés, el agua y la roca se adapta a cada necesidad. (…)”. En Brailovski, Antonio. “La Ecología en la Biblia”, Edit. Planeta, Bs. As., 1993, Cap. 10, pag. 136-140.

Ahora bien, volvamos al título original.

Segundo Desayuno de trabajo 2008

“El camino del éxodo como metáfora de la liberación”. Diálogo entre  Elisa Carrió y Santiago Kovadloff

13 de mayo de 2008.

Santiago Kovadloff: (…) nos hemos reunido aquí para pedirles que nos acompañen en una tentativa de mirar la coyuntura política desde una perspectiva de reflexión que quiere honrar la tradición y, en particular, la tradición bíblica en la que ambos vemos permanentemente una reflexión rica para poder indagar y explorar nuestro presente. No se trata de reducir una realidad a la otra; se trata de entender qué metáforas son las que, proviniendo de una tradición de dos mil o tres mil años y aún más, pueden ayudarnos a explorar lo que hoy sucede y necesitamos comprender.

La metáfora del éxodo, como ustedes saben, remite a uno de los libro del Pentateuco. Sin querer detenernos abusivamente en la descripción de los contenidos del libro del éxodo, lo menos que puede decirse desde la perspectiva de quienes habitamos este país y lo creemos más interesante de lo que es -lo cual quiere decir más afianzado en el orden institucional y en el cumplimiento de la ley y de la convivencia- lo menos que puede decirse es que el camino del éxodo es el camino del aprendizaje. Nadie termina con la esclavitud si no aprende a ser libre progresivamente; no se pasa de la esclavitud a la libertad, se pasa de la esclavitud a la responsabilidad del aprendizaje. Toda vez que se presume que es posible el pasaje directo de la esclavitud a la libertad, se equivoca el camino de la maduración. Puede madurase si se capitaliza el sufrimiento; de no capitalizarse el sufrimiento no habrá aprendizaje, habrá compulsión, habrá histeria, habrá indignación, pero no habrá aprendizaje. Creo yo que hoy la Argentina está empeñada en aprender, en transformar su padecimiento en una escuela de reflexión y aprendizaje político, social y convivencial. De nosotros depende que ese aprendizaje sea perdurable y no cese en la presunción de una victoria definitiva. Creo yo que es muy importante no confundir el progreso que se alcanza en el orden del aprendizaje y de la madurez cívica con la otra presunción, que es la de haber alcanzado, de una buena vez, la meta que uno se fijó. El pueblo judío ingresa a la Tierra Prometida para aprender a habitarla definitivamente, no ingresa a ella para instalarse jactanciosamente. Ahí, creo yo, podemos leer otra metáfora de lo que es una auténtica democracia. La democracia es afianzamiento en el aprendizaje de la ley y la convivencia y de la justicia social. Es aprendizaje. Esto significa que no hay manera de consumar un proyecto democrático cuando es auténticamente democrático, porque la presunta consumación de ese proyecto equivale al abandono del ideal del crecimiento constante. Por eso las democracias son infrecuentes, son difíciles, pero también posibles, porque lo posible es el poder seguir avanzando en la dirección de una utopía que es inspiradora en la medida en que nunca se la confunde con los logros que uno alcanza, logros que sin duda son indispensables. Por eso también creo que si Lilita está aquí y ha dado título a este encuentro, es porque ese título quiere reunir algo que usualmente no se reúne: el ejercicio de la vida política, de la vida cívica con la lectura. Leer no es un hábito, es una actividad infrecuente, pensar es infrecuente y, en el campo de la política, las consignas suelen reemplazar a la reflexión. Tratar de escapar del espacio de las consignas, tratar de hacer de la política un espacio que reconcilie al pensamiento con la vocación democrática y a la concepción del poder como un servicio de la ley, esto es lo que, creo yo, nos inspiró a todos hoy para estar aquí, (…) Me parece que es sano que en la política argentina no haya sentido del oportunismo, sí sentido de la oportunidad, pero no del oportunismo. (…) Esperar es ejercer el don de la esperanza, la esperanza que no es la ilusión de que las cosas van a andar mejor, sino la convicción de que el presente da indicios de transformación. Ningún diagnóstico sobre la actualidad es verdadero si es terminante, ningún diagnóstico sobre nuestra realidad y presente es descriptivo sino ve los matices que son indicio de transformación latente y real (…).

Elisa Carrió: la verdad es que cuando fijamos este título yo sabía que a él (Kovadloff) le iba a gustar, y también hay que seducirlo porque si no se resiste, es un artista.

Es muy interesante la metáfora de la salida de Egipto. Yo agregaría algunas cosas a lo que decía Santiago y que, a mi criterio, ya están en el Génesis. Yo creo que la libertad se funda en el Génesis y se funda como trabajo. Él dice que es aprendizaje, es lo mismo. Pero creo que la libertad se funda ya en el Génesis, y después allí en la salida de Egipto, como el mayor trabajo del hombre, y que da sentido a la vida del hombre. Y es muy interesante volver al relato mítico del hombre porque me parece que ahí hay unas riquezas que son maravillosas. Ustedes saben que Adán y Eva están en el Jardín del Edén y allí había varios árboles; si Yahvé hubiera querido que hubiese un solo árbol, hubiera existido un solo árbol, sin embargo había varios y, entre ellos, había dos árboles que a mí me parecen maravillosos: uno, del conocimiento, del mal y del bien, que es de donde finalmente come Eva, en una especie de opción, pero también de predestinación para fundar la libertad, porque al comer del árbol del conocimiento funda la libertad humana, no se convierte en la pecadora, en realidad es la fundadora de la libertad humana, (…) Y después hay otro árbol que es el árbol de la vida. Entonces tenemos el árbol del conocimiento a partir del cual podemos entender qué es el libre albedrío: tu libertad va a ser un trabajo porque vas a tener que elegir entre varias posibilidades de conducta, y el libre albedrío consiste justamente en la elección de esas posibles conductas. En cambio, si hubiera comido del otro árbol, que es el árbol de la vida y que a partir de que Eva come comienzan a encerrar ese árbol de la vida, lo cierran para que ella no lo toque; ese árbol de la vida es el árbol de la unidad, cuando la voluntad del sujeto se une definitivamente a la voluntad del padre, en consecuencia, es el uno, es el cosmos, ahí no hay posibilidad de mal, hay una especie de vida eterna, es una gracia. En cambio, si hubieran comido directamente del árbol de la vida, por gracia, no hubiera podido ni equivocarme, pero tampoco elegir.

Ahora miren la secuencia que en todo caso plantea eso: yo que tengo el libre albedrío para elegir –y la libertad parece estar más ligada al bien, es como un libre albedrío ejercido en el juego correcto- no puedo llegar al árbol de la vida. En consecuencia, ¿en qué consiste la libertad? El trabajo de la libertad consiste en ir trabajándonos interiormente, como trabajo, para llegar al árbol de la vida. Por eso cuando ven todas la lecturas de la Biblia hebrea y todas las fiestas del pueblo judío y también el Apocalipsis de Juan en el mundo cristiano, piensen qué es lo que se pide: se  pide se inscriptos en el libro de la vida. Y en Juan van a tomar agua del río de la vida, inscriptos en el árbol de la vida, y finalmente es el enorme trabajo de un ser humano hacia la equiparación. Es impresionante, porque de la libertad de elección se pasa a la renuncia del yo y, luego, a la obediencia a la voluntad del padre. Y que es un trabajo y que cuesta lo explica Getsemaní: aparta de mí este cáliz, pero que se haga de tu voluntad y no la mía. Esa es la entrega del sujeto, la entrega del yo. Y en la salida de Egipto los diálogos entre Moisés y Yahvé son buenísimos. En primer lugar, cuando Yahvé le dice a Moisés que él tiene que liberar al pueblo que está esclavo, y Moisés le dice que él es un desastre, que no sabe hablar. Pero ¿qué es lo que hace que el liberador, que es un desastre en términos de perfección mundana, sea elegido? El corazón y el afecto. Entonces, en principio, la salida es una gracia, pero también es una fe, y ahí me quiero detener.

Todo el mundo cree que los únicos que tienen fe son los creyentes; la verdad es que la condición humana es fe, porque si ustedes creyeron que podían llegar acá salvos es por fe. (…) Quiero decir que toda nuestra vida, desde lo más elemental, es pura fe: que vamos a vivir muchos años, que a nuestros hijos nunca les va a pasar nada, que dentro de media hora todos los que estamos acá vamos a seguir vivos; es pura fe. El problema, me parece, es que la humanidad tiene que entender que ya que somos pura fe como condición humana, la fe tiene que ser más sutil, (…), por qué no creer en la trascendencia, por qué no creer en la dignidad, por qué no creer en mitos de origen, aunque sea como metáforas de origen. La salida es una fe, pero la salida es confusa, que es lo que se está viendo hoy en los diarios; en realidad, estamos saliendo hace bastante tiempo como trabajo y como aprendizaje, pero estamos entre el faraón que camina hacia el Mar Rojo y el pueblo que camina pasando el Mar Rojo. (…) Entonces, esa es la confusión de un pueblo que va saliendo, porque la metáfora para mí  es la Argentina va saliendo y el gobierno está atrás, y esto es lo peor. La peor mirada es si se entiende mal la metáfora y el pueblo va para un lado y el gobierno para otro. Es la peor mirada que nosotros vamos a combatir; la correcta mirada es que nosotros vamos saliendo a la libertad, a la república y que la luz es la fe, y la fe es la fe de que lo vamos a lograr, es la fe de ir a la alianza que es la ley, que estructura, que ordena, que divide, que limita y que funda.

Nosotros estamos yendo a la responsabilidad, vamos a Sinaí, las tablas, que en la versión laica sería La República. No hay que mirar atrás ni confundirse con el oportunismo que está rodeando el Mar Rojo. Si uno corre la vista para atrás se confunde, esa es la mujer de Lot, no mires para atrás. La mirada es por fe y para adelante. Y, por otro lado, hay otro dialogo de Moisés, que para mí representa al resto de La Argentina, en que pese a todo el aprendizaje y el sufrimiento anterior, el pueblo quiere volver a los ídolos y fabrica el becerro de oro. Y por eso la libertad es un trabajo, porque siempre está la tentación de la idolatría. Moisés se indigna, está harto del pueblo, porque el pueblo también es esto. Pero después recapacita y dice “al final este es mi pueblo”. Entonces, viene el dialogo quizás más maravilloso del Éxodo: Yahvé estaba furioso y dice que él va a castigar severamente a ese pueblo infiel y traidor, y Moisés que acababa de romper las tablas, no desobedeció a Dios. La única desobediencia que Moisés tiene a Dios es orar ante él, esto es muy interesante. Moisés que le hace caso a lo largo de todo el trayecto, lo desobedece en un solo punto que es cuando el otro dice “ahí va mi venganza” y Moisés ora y clama el perdón. Esa es la única desobediencia que siempre está permitida. Y ahí Yahvé pronuncia algo que es maravilloso y que va a servir mucho en La Argentina: “yo escuché tu clamor, yo perdono a tu pueblo, pero no va a quedar sin castigo”. Es decir, una cosa es el perdón y otra es la responsabilidad. Ahí empieza el trabajo como responsabilidad, como servicio (…)

Santiago Kovadloff: quería reflexionar sobre varios puntos que tocó Lilita recién. Creo que ella señaló algo que para nosotros es fundamental y es la diferencia entre transformación subjetiva y mutación estratégica, de lo que podríamos llamar una metamorfosis externa y un cambio interior. Me parece que cuando ella aludía a ese repertorio de políticos que se preparan para capitalizar la crisis desde una posición puramente circunstancial y oportunista, se refería precisamente a todo lo que la historia política argentina muestra la validez de aquella sentencia de Lampedusa en Gatopardo: “si queremos que las cosas sigan como están, es preciso que cambien”. Uno de los males más profundos de nuestro país es la transformación aparente. Es decir, la permanencia de quienes consideran el poder como un fin en sí mismo, y no como una herramienta de transformación de la República. Esto es muy importante porque si justamente la transformación no es interior, si la transformación no es lenta, no es paciente en la militancia, lo único que nos queda es el sostenimiento en la apariencia. (…) Esto es terrible, porque cuando la apariencia queda al desnudo como tal, lo que se advierte es la confusión, la falta de claridad, de proyecto, la necesidad de seguir simulando identidad.

Uno de los momentos más elocuentes del éxodo es el momento en que el pueblo judío se cansa del tránsito por el desierto y pide el retorno a Egipto, entiende que la esclavitud compensa más que el esfuerzo de la libertad, porque brinda certeza. Y lo cierto es que el esfuerzo de la libertad no brinda certeza, brinda sentido, pero no certeza. La certeza como abolición del trabajo de construcción permanente es antidemocrática y es anti-subjetiva. Entonces, creo yo que esto que estamos conversando ayuda a entender que las metáforas tradicionales, bíblicas contribuyen a que nosotros tengamos un discurso responsable y no de sujeción dogmática. No se trata de obedecer la palabra escrita; se trata de ver como esa palabra puede ayudar a avanzar en el camino de la conceptualización de nuestra experiencia, no se trata más que de eso. Y otro punto que es muy interesante es la pasión por la idolatría. La pasión por la idolatría es la pasión por el retorno a la esclavitud. ¿Qué es la idolatría en términos contemporáneos? La sujeción a la palabra de otro que no nos hace lugar. Esto es el verticalismo despótico del poder contemporáneo: no hay un hombre que habla por todos nosotros, hay un hombre que habla sin nosotros. Y esta sujeción del discurso excluyente es una pasión de la política entendida como poder sin fines republicanos, sin fines constitucionales, sin construcción democrática. Me parece que justamente buena parte de la inactualidad y de la falta de ubicación que muchas veces se le atribuyó al discurso de Lilita, proviene del hecho de que no hemos sabido entender la diferencia entre un discurso político, que no es coyunturalista sino que es estructural, y un discurso oportunista, que sólo aspira a satisfacer la inmediata necesidad de ser feliz.

(…) Justamente la coincidencia básica que encuentro entre la salida de la esclavitud y el camino por el desierto que estamos intentando es que es una tarea que, como bien decías vos, sólo puede ser asumida como responsabilidad personal; personal quiere decir que no es responsabilidad del partido, sino de  personas, donde cada uno de nosotros es indelegable e irremplazable, porque la persona es sagrada porque es irremplazable, porque no tiene correlato en otro. En el verticalismo despótico en que estamos viviendo, la sustitución del otro hasta se repite de una manera códica en la repetición de los apellidos. Todo da lo mismo.

Por último, estamos delante de una concepción de la política que no está reñida con la educación, todo lo contrario. Partimos de la convicción profunda que no hay civismo sin educación. Si la tradición del pensamiento, en el orden que ustedes quieran desde la tradición bíblica hasta la filosófica y estética, no nutre el ejercicio de la política, no hay construcción porque no hay espera. Yo creo que ella es quien mejor ha expresado, para escándalo del coyunturalismo en el que vivimos, esta convicción. (…) Porque el pensamiento está anquilosado en el fracaso de la repetición y, cuando esto ocurre en el campo de la política,  un matiz innovador es ininteligible, sólo gradualmente se puede entender mediante la capitalización del sufrimiento (…)

Elisa Carrió: antes de seguir hay un salmo que es maravilloso: “el Señor es mi pastor, nada me puede pasar. Pasarás por oscuras quebradas, no tengas miedo que yo te haré dormir en verdes praderas”, porque si no el tránsito no es fácil. Y ahí está el tema de la certeza y de la seguridad, que es tan moderno como antiguo. El problema de la certeza y del sentido es que no hay anclaje material. Uno puede caminar muy seguro por esas oscuras quebradas cuando uno entiende cabalmente el sentido de la vida, porque lo que otorga certeza y seguridad es el sentido de la vida. Si uno sabe que el sentido de la vida está en esa fe, en esa responsabilidad y en esa libertad nada le puede pasar, porque en realidad lo peor que puede pasar es perder el sentido de la vida. El oportunismo en ese lugar tiene un anclaje material, por eso funciona en la coyuntura; funciona en tanto puede apoyarse, se apoya en el caos porque tiene que tener un anclaje material para operar. En cambio, la única certeza es que uno camina por el sentido de la vida, y nada puede ser peor que perder el sentido. Decir la verdad del sentido de la vida, aunque te golpeen y te persigan, es mucho mejor que renunciar a decirla. Porque renunciar a decirla implica una carga, un castigo a tu sentido de la vida que es imposible de sobrellevar, es estar muerto.

Volviendo a la metáfora, ya no de la salida del pueblo, ya no del trabajo y la libertad, es ver en la Biblia hebrea como se construye el relato cuando Dios separa, discierne, discrimina y otorga victorias y derrotas.  Y es muy interesante ahí la derrota de los dominadores. La derrota de los dominadores nunca es por enfrentamiento directo, sino por enfrentamiento entre los propios dominadores, es la famosa teoría de los reinos asolados. Es el enfrentamiento entre ellos, se confunden; San Pablo dice “Dios los vuelve insensatos antes de llevárselos”. Es maravilloso. Es decir, la insensatez, la propia lógica de la insensatez enfrenta a los propios dominadores entre ellos y no a los que se liberan de ellos (…) Y ustedes si van viendo las secuencia, se dan cuenta que los fanáticos de ayer son traidores de hoy. Como cuando se derrumban los muros de Jericó: no es el pueblo el que enfrenta al faraón, el pueblo sale; el faraón es el que se confunde y queda encerrado. En los muros de Jericó se camina alrededor y, finalmente, se desmoronan los muros.

Y la historia de Ideón es divina. El tipo va teniendo un ejército, primero de 3.000 hombres, después se le van mil, ya quedaba sin nadie el pobre Ideón, entonces dice “vos para qué me mandás a liberar y me decís que voy a derrotar no recuerdo a quién era –este diálogo intimista con Dios, porque a Dios hay que tratarlo así en la intimidad, hay que tutearlo, (…)- e Ideón le pregunta qué tiene que hacer y Yahvé le contesta “son tan pocos para que nunca crean que fueron ustedes”. ¡Qué bárbaro! Y esto también se parece a lo que después va a decir Pablo, con esa maestría extraordinaria, que es “esa es la debilidad que opera la fuerza de Dios”, no piensen jamás que es en la fuerza del ser humano donde opera la fuerza de Dios; es en la profunda debilidad, incluso del pecado, cuando opera la fuerza, porque ahí permite la transmisión de una fuerza trascendente. Entonces, esto también es una metáfora. En este punto hay que dejar que los que dominaron, los que mintieron se enfrenten entre ellos, uno no tiene que hacer nada.

(…) La Argentina que va caminando tiene que cuidarse mucho de los ambiguos y de los cobardes, porque el trabajo de la responsabilidad y de la libertad no es para ambiguos ni para cobardes, porque esos no sostienen. Lo que tiene la Argentina si bien son verdes praderas, también es el arduo trabajo, y también va a ver muchas veces la necesidad de volver a Egipto. Y quiero decir que la libertad pesa (…)

En https://www.institutoarendt.org.ar/conferencias.

Un poco de Mahatma Gandhi 

¿Qué es la paz según Gandhi?

“No hay camino hacia la paz, la paz es el camino”. Con esta frase histórica, Mahatma Gandhi sentenciaba uno de sus máximos valores y por lo que aún hoy es recordado: se puede luchar por ideales sin recurrir jamás a la violencia, bajo ningún motivo y desde ningún aspecto.

¿Qué quiso decir Gandhi con No hay camino para la paz la paz es el camino?

Mohandas Karamchand Gandhi, bautizado Mahatma Gandhi por el poeta Rabindranath Tagore debido a su incansable lucha a favor de la paz, escribió “No hay camino para la paz, la paz es el camino”, pues la violencia siempre genera más violencia. La paz es una construcción cotidiana.

¿Qué propone Gandhi para lograr la paz?

Gandhi era un ferviente partidario de la resistencia pacífica, y estaba convencido de que “la no violencia es la mayor fuerza a disposición de la humanidad. Es más poderosa que el arma de destrucción más poderosa concebida por el ingenio del hombre”.

Para saber más.

Mohandas Karamchand Gandhi, nació un 2 de octubre de 1869 en Porbandar, una ciudad costera de la región de Gujarat en India. Esta región sufría el control absoluto de los gobernantes sobre el resto de ciudadanos, hecho que influyó posteriormente en Gandhi.

Mahatma Gandhi es una de las figuras más conocidas y veneradas a nivel mundial debido a la lucha constante y perseverancia por conseguir la paz, basado en un movimiento No Violento que creía en las convicciones del ser humano. Aunque fue promotor de la India independiente (1947), a Gandhi no se le recuerda tanto por este hecho, sino por su perseverancia para conseguir justicia social y el cambio de las esferas económicas, con una mirada puesta en la transformación ética y espiritual de las personas. Todos estos objetivos de Gandhi podemos resumirlos en una simple palabra: paz, fin último del gran Mahatma y el mejor medio para luchar contra la injusticia.

Modesto y cercano a partes iguales, Gandhi siempre renegó del título Mahatma, cuya traducción es “Gran Alma”, con el que le bautizó el poeta Rabindranath Tagore. No obstante, así se le conoce al hombre cuyo pensamiento llegó a construir todo un modelo ideológico y político que influyó en el siglo XX y que inspiró a otros activistas posteriores como Nelson Mandela o Luther King.

marcha gandhi

Biografía

Con tan solo 13 años, Mahatma Gandhi contrajo matrimonio con Kasturba, una niña de su misma edad con la que tuvo cuatro hijos. Después de estudiar con 18 años leyes en la University College London en Londres, en 1893 Gandhi firmó un contrato para trabajar durante un año como abogado en Sudáfrica, región controlada por aquel entonces por los británicos. Después de comprobar en primera persona el desprecio que vivían los indios en ese lugar, Gandhi permaneció más de 20 años en Sudáfrica para proteger y luchar por los derechos del pueblo hindú.

Creó todo un movimiento social llamado Satyagraha cuyos pilares se sostenían en el coraje, la verdad, la paz y la no violencia, las únicas herramientas para alcanzar el cambio político y social. Para él los medios eran más valioso que el fin, pues creía que la forma de actuar de las personas estaba por encima de sus objetivos últimos.

Mahatma Gandhi regresó a la India en 1915 y se convirtió en máximo líder del movimiento nacional indio. Basándose en el Satyagraha, Gandhi promovió todo el movimiento por la independencia de la india en Gran Bretaña, siendo arrestado por las autoridades en varias ocasiones y sumando en total siete años entre rejas por sus diversas actividades.

En el año 1947, India consiguió la independencia y se dividió en Pakistán e India, dando lugar a constantes confrontaciones entre musulmanes e hindúes. Apostando por la India unida, donde musulmanes e hindúes pudieran vivir libremente y en paz, Gandhi comenzó el 13 de enero de 1948, y con 78 años de edad, un ayuno con el objetivo de parar tales enfrentamientos. Después de 5 días de ayuno, los líderes de ambos bandos detuvieron la lucha y se puso fin al ayuno más conocido a nivel mundial.

El 30 de enero de 1948, de camino a una reunión para rezar en su casa Birla Bhavan (Nueva Delhi), Gandhi fue asesinado a manos del radical hinduista ultraderechista Nathuram Godse. Las últimas palabras de Gandhi antes de morir fueron “¡Hey, Rama!”, dejando constancia de su búsqueda constante de Dios y de la paz en India (Rama se traduce como descenso de Dios, y en la actualidad es el dios más venerado en la India).

Grandes hazañas

gandhi

Lucha por la paz

Desde bien pequeño, Gandhi aprendió a amar a todo ser con vida, haciéndose vegetariano, ayunando para purificar su alma y a tolerar a todo ser humano independientemente de su religión, sexo o raza.

La carta a Hitler

El 1 de septiembre de 1939, la Segunda Guerra Mundial dio comienzo, pero antes de que esto ocurriera, concretamente el 23 de julio de ese año, Gandhi se dirigió a Hitler y le escribió una carta para pedirle que no diera inicio a una guerra. Para aquel entonces, Gandhi ya era muy conocido mundialmente como activista y pacifista. Tal carta nunca llegó a manos de Adolf Hitler, ya que fue interceptada por los británicos. En la mencionada carta se puede leer lo siguiente:

“Querido amigo,

Mis amigos me han estado insistiendo para que le escriba, por el bien de la humanidad. Pero me he resistido a su petición, debido a la sensación de que cualquier carta mía podría ser una impertinencia. Algo me dice que no debo ser tan calculador y que debo hacer mi petición porque en cualquier caso merecerá la pena.

Está claro que usted es hoy la única persona en el mundo que puede evitar una guerra que podría reducir a la humanidad a un estado salvaje. ¿Estará dispuesto a pagar ese precio por un propósito cualquiera por muy digno que le parezca? ¿Escuchará la llamada de quien ha evitado deliberadamente el método de la guerra no sin considerable éxito? De cualquier manera espero su perdón, si he cometido un error al dirigirme a usted.

A su disposición.

Su sincero amigo.

Gandhi.”

Igualdad

Cuando fue a Sudáfrica a trabajar, se interesó más por la situación de los más de 100 mil hindúes que vivían ahí en lamentables condiciones, luchando constantemente para mejorar su realidad.

Marcha de la Sal

Del 12 de marzo al 6 de abril del año 1930, Gandhi llevó a cabo una protesta llamada Marcha de la Sal que promulgaba la “No Violencia” y que buscaba la independencia de India del Imperio Británico. Después de 300 kilómetros y llegar a la costa del Océano Índico, Gandhi cogió con sus manos un poco de sal. Este gesto simbolizó su actitud contraria al monopolio que ejercía el estado para la distribución de sal.

El monopolio en cuestión imponía a la comunidad india el pago de un impuesto elevado sobre la sal, además de prohibirles recolectarla ellos mismos. El gesto de Gandhi fue imitado por miles de simpatizantes, lo que tuvo como consecuencia el envío a prisión de más de 50.000 personas.

Las injusticias, las guerras, el dolor, la avaricia… Siempre habrán motivos para pensar que el hombre es un lobo para el hombre, como bien dijo Hobbes. Pero, de repente, aparecen personas que iluminan, que son luz, con un corazón tan grande que no tiene cabida en sí mismas. Y ese era Gandhi, Mahatma Gandhi, un hombre que durante varias décadas iluminó el mundo luchando por algo tan bonito y complicado de aplicar como es la paz.

Fuente: en la web

Problemas ambientales de origen natural: ayer, hoy y siempre (Cuarta parte)

“En medio de la sequía, los hambrientos se acercan a José con la mirada perdida y le ruegan: “-¿Por qué moriremos delante de tus ojos, así nosotros como nuestra tierra? Compranos a nosotros y a nuestra tierra por pan, y seremos nosotros y nuestra tierra siervos de Faraón: y danos simiente para que vivamos y no muramos, y no sea asolada la tierra”.  

«El agua en la Biblia«

“En ecosistemas áridos y semiáridos, bordeados por el desierto que los va mordiendo de a poco, el agua es protagonista necesaria. El agua aparece permanentemente en la Biblia. En ocasiones, es una ausencia ominosa, como la sequía que llevó a José a Egipto. Otra es un punto de encuentro, como el bautismo de Jesús sobre el Jordán.

Dejó de llover, quizás para siempre.

A pesar de las parábolas sobre José (y quizás por las condiciones propias de los ecosistemas que habitaban) los judíos siguieron demasiado apegados a su viejo oficio de pastores de ovejas y, por ende, demasiado sujetos al clima. De ellos, los egipcios habrían podido decir lo mismo que decían de los griegos, de quienes se burlaban porque no tenían grandes ríos:

“Sucedió, pues –dice Heródoto- que oyendo mis buenos egipcios en cierta ocasión que el país de los griegos se baña con agua del cielo, y que por ningún río como el suyo es inundado, respondieron el disparate de “que si tal vez les salía mal la cuenta, mucho apetito tendrían los griegos y poco que comer”. Y con esta burla significaban que si el dios no concedía lluvias a estos pueblos durante algún año de sequía que les enviara, perecerían de hambre sin remedio, no pudiendo obtener agua para el riego sino de la lluvia que el cielo les dispensara”. (220).

Esta es la perpetua amenaza para los protagonistas de la Biblia. Un error o un pecado pueden hacer que el sol caiga a plomo sobre ellos y los suma en la desesperación.

Una sequía es el marco propicio para que el profeta Elías exprese algunos milagros ante un rey que había caído en la idolatría. Fue en tiempo de Ahab, monarca que no buscaba ballenas, sino que levantaban bosques a los dioses paganos. Elías va anunciarle al rey el castigo por inclinarse ante figuras paganas:

“-Vive Yahveh Dios de Israel, delante del cual estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra”.

Después de decir esto, Elías escapa de la furia del rey, “y asentó junto al arroyo de Cherith, que está antes del Jordán. Pasados algunos días, secóse el arroyo, porque no había llovido sobre la tierra”. Es decir, que apenas comienza la sequía, ya los arroyos se secan, lo que indica hasta qué extremo la actividad humana es vulnerable a la falta de lluvias en esta región.

A punto tal, que el propio rey llama a su mayordomo, se reparten entre los dos las bestias de carga que les quedan y van por caminos distintos para tratar de salvar las que puedan. “Ve por el país a todas las fuentes de aguas –dice Ahab- , y a todos los arroyos, que acaso hallaremos hierba con que conservemos la vida a los caballos y a las acémilas, para que no nos quedemos sin bestias”. Como los reyes de los cuentos de hadas, sale Ahab a peregrinar por los caminos, con unos pocos servidores fieles, llevando de la brida los últimos caballos que aún no han muerto de hambre y sed.

Finalmente, Elías se las arregla para demostrar el poder del Dios único y, de paso, degollar a los profetas de Baal. Poco después, el vigía anuncia el premio de Dios por esas muertes: “-Yo veo una pequeña nube, como la palma de la mano de un hombre, que sube de la mar”.

Y un poco más tarde “aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento; y hubo una gran lluvia”. (221). Final feliz: habrá agua para los monoteístas, que beberán sobre los cadáveres de los que siguen dioses extraños.

La sequía como castigo a los que abandonen al Dios único ya aparece expresada como maldición en Moisés, en una expresión de enorme fuerza literaria: “Y tus cielos que están sobre tu cabeza, serán de metal”.(222).

(…) A veces (Abraham, José, Elías), el fenómeno apenas se menciona: los lectores sabrán demasiado bien de que se está hablando. En otras ocasiones, las sequías se describen de forma especialmente patética, como lo hace Joel: “-asoló mi vid y descortezó mi higuera: del todo la desnudó y la derribó: sus ramas quedaron blancas”.

“El campo fue destruido, enlútose la tierra; porque el trigo y la cebada; porque se perdió la mies del campo.

“Secóse la vid, y pereció la higuera, el granado también, la palma y el manzano; secáronse todos los árboles del campo; por lo cual se secó el gozo de los hijos de los hombres.

“El grano se pudrió debajo de sus terrones, los bastimentos fueron asolados, los alfolíes destruidos; porque se secó el trigo.

“¡Cuánto gimieron las bestias! ¡Cuán turbados anduvieron los hatos de los bueyes, porque no tuvieron pastos! También fueron asolados los rebaños de las ovejas (…)

También Jeremías, cuando profetiza calamidades horribles describe una sequía: “Las aguas han sido detenidas, y faltó la lluvia de la tarde”, dice. (225).

El agua y los hombres del desierto

Encuentros y desencuentros, amistades y crímenes, poder y venganza, generosidad y avaricia: hay en la Biblia más episodios dramáticos vinculados con el agua que con el oro.

El agua cruza en todo momento la trama social y la trama de la vida. En el desierto, la propiedad de la tierra es casi anecdótica. Pero por agua, los hombres viven y matan, forjan alianzas y las deshacen:

“Abraham reconvino a Abimelec a causa de un pozo, que los siervos de Abimelec le habían quitado”. Sobre el pozo de los patriarcas deciden aliarse y se hacen mutuamente regalos, pero Abraham separa siete corderas del rebaño y explica: “que estas siete corderas tomarás de mi mano, para que me sean en testimonio de que cavé este pozo”. (227).

Y a veces, como Isaac, perdonan ofensas originadas en el agua. Es significativo que los judíos de la Biblia no ponen nombres a sus animales domésticos, pero sí lo hacen con los pozos de agua.

“Y todos los pozos que habían abierto los criados de Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de tierra.

“Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre, y que los filisteos habían cegado, muerto Abraham, y llamólos por los nombres que su padre los había llamado.

“Y los siervos de Isaac cavaron en el valle, y hallaron allí un pozo de aguas vivas.

“Y los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra: por eso se llamó el nombre del pozo Esek (rencilla), porque habían altercado con él.

“Y abrieron otro pozo, y también riñeron sobre él, y llamó su nombre Sitnah (odio).

“Y apartóse de allí, y abrió otro pozo, y no riñieron sobre él, y llamó su nombre Rehobot (ensanchamiento), y dijo: “-Porque ahora nos ha hecho ensanchar Yahveh, y fructificaremos en la tierra”. (228). Ahora que tenemos nuestra propia agua, seremos capaces de todo, dice Isaac.

Pero una vez que tienen agua, saben dolorosamente que no es inagotable, y todo cuidado es poco. La racionarán de todas las formas imaginables, como por ejemplo tapando los pozos en el momento en que no se usan, como vio Jacob en casa de Labán:

“Y miró, y vio un pozo en el campo; y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él: porque de aquel pozo abrevarán los ganados; y había una gran piedra sobre la boca del pozo. Y juntábanse allí todos los rebaños; y revolvían la piedra de sobre la boca del pozo, y abrevaban las ovejas y volvían la piedra sobre la boca del pozo a su lugar”. (229).

La tremenda escases de agua le da un valor económico al mero acto de beber. Esto sucede en un grado que, por vivir inmerso en una cultura que derrocha el agua, nos cuesta imaginar. Los hebreos van hacia la Tierra Prometida, piden permiso al rey de los edomitas para pasar por sus tierras. “Por el camino seguido iremos –mande decir Moisés-; y si bebiéramos tus aguas yo y mis ganados, daré el precio de ellas”. (230)

Por si quedaran dudas, lo repite al tratar con los descendientes de Esaú: “Comprareis de ellos por dinero las viandas y comeréis; y también compraréis de ellos el agua, y beberéis”. (231). Después Moisés envía mensajeros a otro rey, también en el mismo tono: “La comida me darás por dinero, y comeré: el agua también me darás por dinero, y beberé: solamente pasaré a pie”. (232).

El agua, insistimos una vez más, es materia perpetua de conflictos. Amenazas continúa, a cada paso que dan los hombres parecen preguntarse si la tendrán mañana, o si la habrá detrás de aquella colina.

(…)

Paraísos húmedos

Si el mal se vincula con sequías y contaminaciones, el bien está necesariamente asociado al agua. Para los habitantes del desierto, las cosas buenas sólo pueden ser húmedas. El jardín de Edén está regado por un río que después se divide en cuatro más pequeños. (251) Uno de los pequeños es el Éufrates, cuyo enorme caudal impresionó tanto a los judíos que la Biblia lo llama “el gran río”.

(…) Por eso, la promesa continua del agua. “Yahveh ha de abrirte su buen depósito, el cielo, para dar lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos”, dice Moisés.(253).

(…) La concepción bíblica del mundo no puede ser aprendida si no tenemos en cuenta sus infinitas maneras de percibir el agua”.

Por Brailovsky, Antonio E. “La ecología en la Biblia: un análisis del vínculo con la naturaleza en el texto bíblico”. Edit. Planeta, Bs. As., 1993, cap. 10, pág. 131-150.

Citas:

° (220)  Herodoto de Halicarnaso. “Los nueve libros de la historia”. Bs. As., Ed. El Ateneo, 1968.

° (221) 1 Reyes, cap. 17 y 18.

° (222) Deuteronomio, 28:23.

° (225) Jeremías, cap. 3.

° (227) Génesis, 21: 25-30.

° (228) Génesis, 26: 15-22.

° (229) Génesis, 29: 2-3.

° (230) Números, 20: 19.

° (231) Deuteronomio, 2: 6.

° (232) Deuteronomio), 2: 28.

° (251) Génesis, 2: 10.

° (253) Deuteronomio, 28: 12.

Para ampliar.

«En Jeremías las aguas vivas fluyen desde Dios: «Mi pueblo ha cometido dos males: me han olvidado a mí, la fuente de agua viva; se han cavado cisternas, cisternas rotas que no pueden mantener el agua» (2,13; ver también 17,13).

En el evangelio de Juan, cuando Jesús se encuentra con la mujer samaritana en el poco, le dice que él puede darle agua viva, agua de tal naturaleza que no tenga ya nunca sed (4,1-14). En otro lugar de Juan, Jesús ofrece a quienes vienen a él el don del Espíritu Santo, que describe como ríos de agua viva que fluyen de quienes creen en Él (7,38-39).

Es fácil aceptar agua corriente como metáfora apropiada para el Espíritu Santo y la nueva vida que se nos da en Cristo después de pensar en la importancia que tienen los ríos y las corrientes en toda la Biblia. De hecho, la Biblia comienza y termina con descripciones de agua corriente. Desde el Jardín del Edén brota un manantial que forma la fuente de los cuatro ríos que riegan la tierra: el Pishon, Gihon, Tigris y Éufrates (Génesis 2,6-10).

Al final, un río fluye del trono de Dios en la Nueva Jerusalén (que es el hogar de todos los que han sido redimidos por el Cordero de Dios). Este río nutre a los árboles cuya fronda sirve como fuente de sanación para todas las naciones de la tierra (Apocalipsis 22,1-2).

En Éxodo, la vida del recién nacido Moisés se salva irónicamente de la sentencia de muerte que el Faraón había decretado contra todos los recién nacidos varones (1,15-16) cuando la propia hija del Faraón lo salva del Nilo. Moisés había flotado corriente abajo hacia el palacio en un cesto impermeabilizado preparado por su madre (2,1-10). No será la última vez en la Biblia en que alguien sea conducido a una nueva vida a través de las aguas de un río.

Después de que los hijos de Israel hubieran pasado por las aguas del mar (Éxodo 14,10-22) y soportado 40 años de pruebas en el desierto, Josué los guiaría a la Tierra Prometida cruzando el Río Jordán desde el Este. Así como se dividieron las aguas del mar para Moisés y el pueblo en su huida de Egipto, las aguas del Jordán se separaron para que Josué y todo Israel entrara en Caná (Josué 3,1-17), la tierra que Dios había prometido a Abraham y su heredad (Génesis 13,12. 14-15).

El Jordán, sin embargo, sigue siendo el río con más historias en la Biblia, hasta en el Nuevo Testamento. Son historias que para los cristianos culminan en el lugar en que Juan bautizó a Jesús (Mateo 3,13-17) y desde donde los primeros discípulos de Jesús empezaron a seguirle (Juan 1,35-37). Todos los católicos recuerdan las aguas del Jordán en el rito del Bautismo».

Por Por Clifford M. Yeary, Director Asociado, Estudio Bíblico de Little Rock.